Buscaba ayer una frase sencilla y de fácil recuerdo para analizar, plantear mis dudas y no olvidar el estilo directo, el indirecto, y el indirecto libre y hete aquí que me ha venido obsequiada en todos los periódicos.
Verbigracia:
-Estilo directo: Diálogo presentado por guión (-) o dos puntos (:) y comillas (“). La voz del personaje.
El ciudadano levantó el micrófono y preguntó:
-¿Sabe usted cuánto cuesta un café, señor presidente?
O también,
El ciudadano levantó el micrófono y preguntó: “¿Sabe usted cuánto cuesta un café, señor presidente?”-Estilo indirecto: Narración con nexos de subordinación sin diálogo ni intervención directa de la voz del personaje.
El ciudadano levantó el micrófono y le preguntó al presidente si sabía cuánto costaba un café.-Estilo indirecto libre: Narración en la que irrumpe la voz del personaje sin el nexo de subordinación, en este caso la conjunción
si, pero manteniendo el tiempo verbal y la tercera persona de la oración subordinada.
El ciudadano levantó el micrófono. ¿Sabía el señor presidente cuánto costaba un café?También podría ser así:
El ciudadano levantó el micrófono. ¿Sabe, señor presidente, cuánto cuesta un café?
Aquí me surge una pequeña duda. En el ejemplo anterior veíamos que el tiempo verbal era el imperfecto y que estaba en tercera persona de singular, como en el estilo indirecto, y por tanto, es lógico que se llame estilo indirecto libre. Pero en este segundo caso, el verbo está en presente y en segunda persona de singular, como en el estilo directo, es decir, como en el diálogo. Algunos críticos y filólogos lo llaman, por tanto, estilo directo libre. Sería más lógico, ¿no?
La frase también podría escribirse así:
El ciudadano levantó el micrófono. ¿Sabe, señor presidente, cuánto cuesta un café?, preguntó.
Es en todo igual al ejemplo anterior, excepto en que al final aparece una
coma (,) seguida de
preguntó. Y me pregunto yo si ahora es estilo libre o la aparición de este verbo al final de la frase la convierte nuevamente en estilo directo sin más.
En todo este barruntar he apreciado además algunos matices que desaconsejan o invitan a la utilización del estilo libre.
Pensemos en otra situación:
La señora corrió al ascensor aún abierto y dijo:
-Espérenme, espérenme; el asesino está en esta planta.Que en estilo indirecto sería:
La señora corrió al ascensor aún abierto y pidió que la esperasen porque el asesino estaba en aquella planta.Y en indirecto libre:
La señora corrió al ascensor aún abierto. Que la esperasen, que la esperasen, que el asesino estaba en esa planta.El imperativo del estilo directo se convierte en subjuntivo introducido por la conjunción
que, ineludible en este caso, lo que provoca un efecto algo cómico, impropio de una situación de miedo, si fuera esto lo que quisiera sugerir el escritor, e incluso onírico y surrealista.
Pero varía si lo escribimos así, sea directo o indirecto libre:
La señora corrió al ascensor aún abierto. Espérenme, espérenme; el asesino está en esta planta.El efecto es de urgencia, sorprende, y es totalmente distinto del ejemplo anterior. Todo depende de lo que queramos contar y sugerir. Como nos ha mostrado Efímera, el significado no depende únicamente de las palabras, sino de la sintaxis.
Por último, quería referirme a lo que yo considero un estilo indirecto libre conseguido por la introducción de vulgarismos, anacronismos, dialectalismos o interjecciones en una frase cualquiera de la narración. En el relato
Los muertos, de la obra
Dublineses de James Joyce, leemos:
Lucy was out of her lungs, que traducido libremente pero con exactitud quiere decir,
Lucy echaba el bofe. Posiblemente fue Joyce el primer escritor que utilizó el recurso, ya que la intelectualidad se sorprendió lo suyo, ¿cómo era posible que un escritor tan educado y culto utilizase vulgarismo semejante? ¿Por qué no había escrito
Lucy was out of breath, es decir,
Lucy estaba sin aliento, que era lo apropiado? A los lectores no pareció molestarles, pero los críticos departían desorientados sobre aquel dislate hasta que uno, más sagaz, advirtió que Joyce, simplemente, había introducido la voz de Lucy, sirvienta de la familia y persona de pocos estudios, en el relato, caracterizando al personaje sin necesidad de interrumpir la narración, que escrita según el canon habría sido:
Lucy pensó: “Estoy que echo el bofe”.
La elección es nuestra. A mi, personalmente, me gusta utilizar el indirecto (o directo) libre siempre que aporte economía y claridad y sobre todo, en esas situaciones en las que se entremezcla lo que los personajes dicen con lo que sienten, descubren y escuchan.
La señora corrió al ascensor aún abierto. Espérenme, espérenme, el asesino está en esta planta. Pues aquí no cabe ni un alma, señora, se siente. Caramba, qué culpa tenían ellos de que se colasen asesinos en los grandes almacenes.¿Qué creéis vosotros?, aparte del precio del café, claro. Os agradeceré vuestra docta respuesta con unos buovos de Pascua que pienso llevar el lunes.