Diálogo telescópico
Los diálogos de Fushía y Aquilino (Libros Uno, Dos, y Cuatro, y Cap. II del Epílogo) están realizados mediante otra técnica: la de las narraciones telescópicas, o sea el montaje de dos diálogos –uno en presente, otro evocado y actualizado por el primero- que ocurren en dos momentos distintos del tiempo y del espacio. La crítica, de manera casi unánime, ha señalado que a través de esa superposición de voces que es la historia de Fushía, todo el destino de un hombre – sus inicios, su esplendor, su fin miserable-queda cabalmente trazado. Pero como todo en la novela la técnica original también se complica: no solo tenemos un doble diálogo unido por el eje de un interlocutor común (por ejemplo: Fushía- Aquilino+Fushía-Chango), sino también enlaces múltiples entre varios interlocutores, lo cual permite tender una escala oral que remonta el tiempo. Como, además, el diálogo inicial se produce mientras los interlocutores viajan por el río, el presente desplazamiento espacial se suma al vaivén temporal y lo hace más tenso: cuando el viaje acaba terminan también el relato y la vida de Fushía, porque ese río es la imagen del tiempo que lo lleva del poder hacia la muerte. El esquema más corriente es: diálogo A-B+diálogo C-D (Analizar Cap II, Libro Uno). Pero en esta misma secuencia llega a producirse un lenguaje triple con cuatro interlocutores: Fushía-Aquilino+Fabio-Reátegui+Fushía-Fabio.
Un uso especial del diálogo telescópico aparece en las secuencias que, dentro de los cuatro Capítulos del Libro Tres, cuentan la historia del duelo a la “ruleta rusa” entre Lituma y Seminario.Pero aquí no hay un responsable único del diálogo retrospectivo: Seminario aparece convocado por una especie de memoria colectiva y fluctuante (la de los Inconquistables) en circunstancias que se mezclan con las del episodio del duelo:
- No se ponga así, señor Seminario- dijo el Mono-.Solo cantábamos nuestro himno. Permítanos invitarle a una cerveza.
- Pero el estaba de malas- dijo el Bolas-. Se había picado por algo y buscaba pelea.
- ¿Así que ustedes son los gallitos que arman líos por calles y plazas? – dijo Seminario-. ¿ A qué no se meten conmigo?
(…).
Un uso especial del diálogo telescópico aparece en las secuencias que, dentro de los cuatro Capítulos del Libro Tres, cuentan la historia del duelo a la “ruleta rusa” entre Lituma y Seminario.Pero aquí no hay un responsable único del diálogo retrospectivo: Seminario aparece convocado por una especie de memoria colectiva y fluctuante (la de los Inconquistables) en circunstancias que se mezclan con las del episodio del duelo:
- No se ponga así, señor Seminario- dijo el Mono-.Solo cantábamos nuestro himno. Permítanos invitarle a una cerveza.
- Pero el estaba de malas- dijo el Bolas-. Se había picado por algo y buscaba pelea.
- ¿Así que ustedes son los gallitos que arman líos por calles y plazas? – dijo Seminario-. ¿ A qué no se meten conmigo?
(…).
Etiquetas: Lecciones simiescas
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