miércoles, marzo 21, 2007

Aventureros y aventurosos

"Un hombre decide un buen día escalar el Himalaya. No tiene obligación alguna de hacer semejante esfuerzo. Está obligado a pagar los impuestos, hacer el servicio militar y ejercer un oficio, ya que todas estas cosas son serias; pero no escalar el Everest, a eso nadie le obliga", escribe Vladimir Jankélévitch en su libro La aventura, el aburrimiento, lo serio. Según él, son tres maneras de considerar el tiempo de la vida. Si el aburrimiento se vive o se tiene conciencia de él en presente; lo serio considera el tiempo en su conjunto de mayor durabilidad posible y la aventura es la expectativa apasionada del futuro. Aunque Jankélévitch distingue dos tipos de expectativa, la del aventurero y la del aventuroso. "El hombre aventuroso representa todo un estilo de vida, mientras que el aventurero es un profesional de las aventuras; para este último, lo esencial no es correr aventuras, sino ganar dinero. Las ruines aventuras aventureras no son más que una caricatura de la aventura aventurosa...en la aventura inocente y desinteresada el aventuroso siempre es un principiante".
Efectivamente, lo que está en juego en la aventura del aventuroso es, en última instancia, la propia vida y, además, sin mediar un interés mezquino; sólo el anhelo de libertad, de descubrimiento, de infinitud, el juego, la atracción de otros mundos. Don Quijote, Tirant lo Blanc, el propio Vargas Llosa o cualquier artista o escritor que se pasean por los infiernos en busca de los cielos, son aventurosos.
La aventura de escribir es doble, porque no sólo supone asumir la vida como ambigüedad, contradicción y estar a veces más fuera que dentro, sino reposar después lo vivido, salir de la primera persona y contar toda esa aventura como si le hubiera ocurrido a otro, sin nudos en la garganta, sin tentaciones de apropiación. Es un juego de imprevisibles resultados y sin garantías de éxito. Claro que no es eso lo que se pretende, porque qué mayor aventura aventurosa puede haber que contarlas todas y buscar el tuétano inasequible de las palabras.

1 Comments:

Blogger Efímera said...

Sabueso, gracias por Jankélevitch. Es cierto que somos "Las aventurosas".Deberíamos tener un imno como " Los Inconquistables".

2:06 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home