martes, abril 26, 2011

Luis Cernuda

OCNOS

(Cosa tan natural era para Ocnos trenzar sus juncos como para el asno comérselos.Podía dejar de trenzarlos, pero entonces ¿ a qué se dedicaría? Prefiere por eso trenzar los juncos, para ocuparse en algo; y por eso se come el asno los juncos trenzados, aunque si no lo estuviesen habría de comérselos igualmente.Es posible que así sepan mejor, o sean más sustanciosos. Y pudiera decirse, hasta cierto punto, que de ese modo Ocnos halla en su asno una manera de pasatiempo.)

Ghoethe, Polygnots Gemälde in der Lesche zu Delphi

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sábado, abril 23, 2011

La tía Julia y el escribidor.El autoretrato en clave

Al comienzo de "La historia secreta de una novela", Vargas Llosa afirmó:

"Escribir una novela es una ceremonia parecida al strip-tease.Como la muchacha que, bajo impúdicos reflectores, se libera de sus ropas y muestra, uno a uno, sus encantos secretos, el novelista desnuda también su intimidad en público a través de sus novelas.Pero, claro, hay diferencias.Lo que el novelista exhibe de sí mismo no son su encantos secretos, como la desenvuelta muchacha, sino demonios que lo atormentan y obsesionan, la parte más fea de sí mismo: sus nostagias, sus culpas, sus rencores.Otra diferencia es que en un strip-tease la muchacha está al principio vestida y al final desnuda.La trayectoria es la inversa en el caso de la novela:al comienzo el novelista está desnudo y a final vestido.Las experiencias personales(vividas,soñadas,oídas,leídas)que fueron el estímulo primero para escribir la historia, quedan maliciosamente disfrazadas durante el proceso de la creación que, cuando la novela está terminada, nadie, a menudo ni el propio novelista, puede escuchar con facilidad ese corazón autobiográfico que late fatalmente en toda ficción.Escribir una novela es un strip-tease invertido y todos los novelistas son discretos exhibicionistas."

Aunque en toda obra se presenta esta ceremonia exhibicionista, esta pasión por contarse al mismo tiempo que cuenta una ficción,nunca ha sido tan notoria, tan rigurosamente íntima como en "La tía Julia y el escribidor", la quinta novela del autor.Y esto es así, no sólo porque la mitad de la novela es un recuento de un episoio de la vida juvenil del escritor(su primer matrimonio recordado con pelos y señales con nombres propios y precisiones indiscretas),sino porque aun la otra del relato, la que presuntamente debía ocurrir en el nivel irreal y exagerado del melodrama radial, en la antípoda de lo autobiográfico, es también un fragmento oblícuo de esa vida, un catálogo de obsesiones y perversiones que invaden toda la novela, haciendo de ella , en su conjunto, la primera narración de Vargas Llosa cuyo hilo subterráneo es el escritor escribiendo-escribiendo la ficción de su vida, escribiéndose una vida en la ficción.

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sábado, abril 16, 2011

María Zambrano

Cartas al pintor Juan Soriano

16 de diciembre de 1976

(...)Porque todo ha de ser inteligible aunque no lo entendamos y más, mucho más todavía inteligible ha de ser lo que nunca entenderemos y que nos entenderá, que ya nos entiende y sustenta.Y en medio se abre, se nos abre la voracidad de las tinieblas y la ferocidad de la nombrada "naturaleza". Y los desiertos que hay que atravesar-¿o que nos atraviesan?- y la instantánea,imprevisible, impalpable presencia del Amigo desconocido,y la presencia y voz que llega del amigo a quien se puede llamar con su nombre.Sí, Juan: ¡Ay!¡Ay!¡Ay!Pero que felicdad.Así lo siento yo.


(...)No puedo escribir nada de lo que tengo que entregar por mucho que me lo proponga,mientras sale porque la gota de agua que viene de no sé dónde. No sé quién soy.Nunca lo supe y quizas sólo se sepa el día en que pueda volver la vista atrás,mas que Dios nos libre de hacerlo(...)

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viernes, abril 15, 2011

Lástima que terminó

Molly termina el Ulises con un sí.
Hispaniola continuará con Retrato.
Efímera hablará: de Vargas,
los exiliados,
y del Ulysses, revisited.

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domingo, abril 10, 2011

PENÉLOPE EN VELA

El día termina y todo descansa, pero Penélope viaja desde Eccles Street hasta asomarse al África, entre adoradores de uniforme y sotanas que huelen a incienso. Refulgen en su memoria con dorados destellos las delicias de esta tarde, que espera repetir en breve con el fauno de admirables atributos y espantosos modales. ¡Qué animal!

Ulises, inofensivo mamoncillo, besa por donde ella pisa e incluso por algún otro sitio, y reposa ahora a su lado tras un humillante desahogo. Lamenta que Telémaco no haya aceptado su invitación, frustrando así sus inconfesables planes de un “menage a trois”, que podría, quizás, haber desbancado a cierto personajillo. ¡Qué lástima!

Telémaco también desvela a Penélope. Él, cual justo Paris, podría valorarla en lo que vale y no estos dos brutos con los que ha de lidiar. Sí, piensa, sí, habrá que ponerse a ello, sí.

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