viernes, octubre 27, 2006

CONOCIMIENTOS

¿Qué os parece si en las clases de transmisión de conocimientos os hablo un poco de Nietzsche? Se unirá a nuestra lista de dominio de seres peculiares, como Faulkner y Gombrowicz. Además, las escritoras de El Mono Rojo, no tenemos miedo.¿ A que no? Me hace ilusión.

CARTAS Y DISPUTAS

Rescato de El País, del pasado 16 de julio, un titular muy interesante: Cuidado, no diga Ulysses . En él se explica cómo Carol Loeb Shloss-profesora de literatura de la Universidad de Stanford- demanda a Stephen Joyce, nieto y único heredero de James Joyce por obstaculizar sus investigaciones acerca de la hija del escritor, Lucia. El nietísimo destruyó tres tarjetas postales que Samuel Beckett envió a Lucia, además de numerosas cartas que ella envió a su tío Stephen y a su esposa. Parece que hay un duro enfrentamiento, no sólo por el acceso a la información para ahondar en la obra de uno de los escritores más peculiares de todos los tiempos, sino por el eterno dilema(ahora tan de moda) de la colisión entre derecho a la intimidad o libertad de información. Todos sabemos, el escándalo suscitado con la publicación de las cartas que el propio Joyce enviaba a su mujer, Nora. Pero ¿Fue debido a su alto contenido erótico o a que se lesionó el derecho a la intimidad?. Joyce da dinero, y mucho. Y en este círculo de intereses hay más gente ávida del ¿vil? metal de la que creemos. Como casi todo en la vida. Los académicos opinan que el control que el heredero ejerce sobre la obra de Joyce, es restrictiva, dictatorial, excesiva. Creo que tendrán que aguantarse un poco, hasta el 2012, fecha en la que se acabará el derecho de autor para el pobrecito de Stephen, que sólo quiere proteger la obra de su tío, ¿creo?. ¿Qué pensaría James Joyce de todo esto?. No lo sabremos nunca. Unos seguirán diciendo que al Joyce altanero, prepotente, culto, juerguista, le importaría un comino. Otros, que Joyce no hubiera soportado ver cómo la vida de su hija Lucia (de aspecto físico poco agraciado, descalabrada en amores no correspondidos, internamientos en psiquiátricos, de gran talento) era diseccionada hasta la última sílaba. Misterio.

ULISES DE JAMES JOYCE

Algunas figuras retóricas del duodécimo capítulo:

-Pág.369(Edit. Lumen/Tusquets) : »Una placentera tierra es ésa en verdad, con murmurantes aguas, con corrientes ricas en peces, donde juguetean el salmonete, el sollo, la carpa, el hipogloso, la merluza gibosa, el salmón, el róbalo, el mero, el lenguado, los peces comunes en mezcla general y otros ciudadanos del reino acuoso demasiado numerosos para ser enumerados. En las suaves brisas del oeste y del este, los altaneros árboles balacean en diferentes direcciones su follaje de primera clase, el balsámico sicomoro, el cedro de Líbano, el exaltado plátano, el eugénico eucalipto...”.
Enumeración simple.
Topografía.


-Pág.370:”Y por la misma senda acuden los innumerables rebaños de carneros de cencerros y ovejas paridas y corderos recién esquilados y lechales y gansos de otoño y novillos y yeguas relinchantes y terneros descornados y ovejas de lana larga...”.
Anáfora.

-Pág.371:”La figura sentada en una enorme roca al pie de una redonda torre era la de un héroe de anchos hombros de profundo pecho de recios miembros de ojos francos de pelo rojo de pecas abundantes de barba hirsuta de boca ancha de nariz grande de cabeza larga de voz profunda de rodillas desnudas de manos musculosas de piernas velludas de rostro bermejo de brazos nervudos.”
Prosopografía.

-Pág.378:”-Y un bárbaro con esa barbaridades es también ese barbero- dice el Ciudadano”.
Antonomasia.
Juego de palabras.

-Pág.383:”En una elegante mesa de caoba, cerca de él, estaban dispuestos en orden el cuchillo de descuartizar, los diversos instrumento de fino temple para el destripado(proporcionados especialmente por la mundialmente famosa firma de cuchillería Jhon Round e Hijos, Sheffield(, una cazuela de barro para la recepción del duodeno, colon, intestino ciego, apéndice, etc...”.
Ironía.
Epíteto.
Enumeración Simple.

-Pág.395:”-Quiero decir medio medio - dice el Ciudadano-. Un tipo que no es carne ni pescado.”
Eufemismo.

-Pág. 399:”-Su sifilización, querrá usted decir-dice el Ciudadano-. ¡Al demonio con ellos! ¡Que la maldición de ese Dios que ni sirve para nada les caiga de medio lado a esos jodidos hijos de puta con sus orejas largas!. No tienen música ni arte ni literatura que merezca tal nombre. Lo que tengan de civilización nos lo han robado a nosotros, esos hijos tartamudos de fantasmas de bastardos.”
Execración.
Exclamación.

-Pág.404:”Creen en el bastón, azotador todo poderoso, creador del infierno en la tierra, y en Jack Marino, su ilegítimo hijo, que fue concebido por obra de un espíritu de espanto, y nació de la marina horrible, sufrió en pompa los palos, fue castigado, abierto y desollado, aulló como los demonios del infierno, y al tercer día se levantó de la litera, llegó al puerto y está sentado en sus posaderas hasta nueva orden, que vendrá a pringar ni vivo ni muerto.”
Sarcasmo.
Imagen.

-Pág.408:”El amor ama amar al amor. La enfermera ama al nuevo farmacéutico. El guardia 14 ama a Mary Kelly. Gerty MacDowell ama al muchacho que tiene la bicicleta.”
Juego de palabras.

lunes, octubre 23, 2006

Idea, de Guillermo Pérez Villalta


El pasado jueves, Gemma Súñer y Eugenia Niño - editoras de Vuela Pluma- organizaron en la librería Panta Rei, la presentación del libro Idea, donde se recogen los bocetos “romanos” del pintor Guillermo Pérez Villalta. Los relatos bien estructurados y amenos de Jesús Marchamalo dibujaron en nuestras caras melancólicas y húmedas sonrisas de niños, que se convirtieron en carcajadas cuando al final las las propietarias y libreras nos regalaron eso que mis sobrinos llaman “chuches”. La lluvia y los atascos impidieron que llegaran más amigos, pero se pasearon entre los anaqueles: Miguel Doce, Mariana Laín, Guillermo Salafranca, Sean MacKaoui, alumnas de El Mono Rojo, y el mono también. Faltaron los barandales.
Espero que ya sepáis a quién pertenece el palito y el hilo que adornan el salón de vuestra casa. Hasta pronto.

viernes, octubre 20, 2006

San Juan de Capistrano


Las escritoras se reencontrarán el próximo lunes –monday, lundi, montag -, festividad de San Juan Capistrano, santo venerado en Hungría, dato que, por cierto, responsabiliza a Palimpsestos en la tarea de narrarnos, como discurso de apertura de curso, alguna anécdota del mencionado señor. En fin, El Mono espera que a estas alturas las escritoras no estén con la mirada fija en los muros, a la búsqueda de palitos – palitus, pa, pa, palitum, palitibus - con hilos.
Toldo escribía:
“Partí hacia la Argentina un mes antes de que estallara la guerra y allí permanecí los siguientes veintitrés años. Todo sucedió por casualidad. ¿Casualidad? Un día en el café Zodiac, en Varsovia, conocí a un escritor de mi edad, Czeslaw Straszewicz. Me dijo: 'Viajo a Sudamérica.' '¿Cómo?' 'En un mes el nuevo vapor trans-atlántico polaco Chorbry sale para Buenos Aires. Su viaje inaugural. Fui invitado como escritor, para escribir algunas columnas para los diarios.' '¿Te parece que me invitarían también a mí?' 'Puedes probar. Voy a mencionar tu nombre. Quién sabe, quizás funcione. La travesía sería más divertida si somos dos.' (…).

Gombrobicz, era un shandy, pero esa, es otra historia. Por cierto, en la Real Academia, cosmos: del lat.cosmos, y este del gr. (no tengo cirílico):

1.m. mundo (el conjunto de todas las cosas creadas)
2.m. Espacio exterior a la Tierra
3.m. Planta de la familia de las Compuestas, que procede de México y ser difundido como cultivada en muchas variedades.

La lluvia hincha a los tarugos, ah, ¿pero, no a las tarugas? Antes que se me olvide: se han cumplido los cien años del nacimiento de Hannah Arendt: “el mal puede destruir el mundo, pero profundo y radical sólo puede ser el bien”. Se publica La lámpara, de Clarice Líspector. Yolanda Oreamuro y Eunice Odio, escritoras costarricenses, recordadas por Rodrigo Soto. Qué poder tiene un folio en blanco.

Nos vemos el lunes, la travesía con vosotras es más divertida. Amén.

domingo, octubre 15, 2006

pre.juicio

Gracias mil ...

Al final lo encontré donde lo encotraste tú. Y aquí estoy con él. Me cuesta. Confieso que hasta ahora no me interesa lo que cuenta, pero he de reconocer que la aparición de su nombre me pilló con opinión formada sobre él, sobre el autor.

Fui a Segovía a leer con el sentido del oido. Y allí escuché por vez primera su nombre en boca de otro escritor. De un escritor que escribe, en principio para él y luego para los demás, o al menos eso sentí cuando le oí, si bien en estos momentos "los demas" resultan ser legión inmensa. Escritor tortuoso y quizá vanidoso. Escritor convertido en personaje, escritor traducido a muchos, muchos idiomas. Vanidoso personaje me pareció y ¿gran escritor?, así lo afirmaban tanto su contertulio, personaje de pantalón de cuero negro y en apariencia más cercano, y una "rendida" crítica que ejerció en el encuentro de moderadora. Con independencia de lo que yo pude sentir he de reconocer que disfruté escuchándolos hablar casi tanto como puedo disfrutar escuchando música. Porque el uso que los tres hicieron del lenguaje fue una auténtica lección de virtuosismo gramatical. Sencillamente impresionante.

Pues bien, este gran escritor habló de Gombrowicz y en ese mismo instante me formé un "pre.juicio" y digo bien lo "pre" y lo de "juicio". "Pre" porque nada sabía de él y "juicio" porque en ese momento dicté sentencia "no me gustará nada de lo escrito por él". Y además prejuzgue (juzgar de las cosas sin tener de ellas conocimiento cabal) y no contenta con ello emití ante la persona que me acompañaba una "opinión previa y tenaz, además de desfavorable, acerca de algo que no conocía". Prejuicio. Dicho todo lo cual y como no lo puedo remediar, soy curiosa, a los dos días estaba encargando un libro del "vanidoso personaje", libro que estoy con él y en mi libreria tengo, pensé dejarlo para después, otro libro. Uno de Gombrowizc que tendrá que esperar.

El mundo se mueve y pasan cosas. Y mirad por donde vosotras todas, empezando por quien hay que empezar, habeís venido en cierto modo en mi ayuda. Mirad por donde he tenido que apartar el primero, el libro del personaje vanidoso, posponer el segundo, un libro de Gombrowicz comprado intuitivamente y meterme de lleno con este "Cosmos".

En realidad ha sido un maravilloso castigo por pre.juzgar, por prejuzgar y emitir un prejuicio.

Cosmos con él cual me peleo y que prometo, faltaría más, tener leido para ese mágico 23 ha llegado, cual torpedo, a esta tranquila tierra de Nunca Jamás. Añoro a otros ya amigos escritores, pero no pierdo la esperanza de que este señor escritor y yo nos acabemos llevando bien.
Se tiene gana de veros. Mucha gana, diría yo.
Por cierto impresionante "Romeo y Julieta" en montaje de Oskaras Korsunovas y por la Vilnus City Theatre. En lituano (texto en español en la parte superior del escenario) y colocando a los personajes de la obra en una pizzeria de Verona.

sábado, octubre 14, 2006

Una de las tesis del proyecto

“Las familias felices son todas iguales; las familias infelices lo son cada una a su manera." La frase aparece en Anna Karenina (Анна Каренина), la novela, magnífica, del escritor ruso Leon Tolstoi, publicada por primera vez en 1877.

viernes, octubre 13, 2006

Proyecto libro

Sara nos anunció el proyecto al final del curso, los lazos estaban creados, unidas por algo que no consigo aún definir y que no se corresponde únicamente con esas 2 horas y pico semanales que compartimos. Los ratos arañados a obligaciones, quehaceres, compromisos, profesión, devoción, y otros, parece que fueran multiplicados, estamos con las demás cuando pensamos en nuestro Mono Rojo.
Era ya casi verano, en Madrid el secano instalado, mayo rozando junio, camisetas de manga corta, abanicos precoces, olor a horchata y los ecos de la feria del libro todavía en el ambiente.
Proyecto libro, anunció, lo recuerdo, “escritoras que vienen del estío”, nosotras… me gustó, “escritoras que vienen del estío” … sombreros de paja, terrazas del Retiro, patatas fritas, cañas, vacaciones, mar, sol, rocas templadas al sol, arena entre los pinos, mediterráneo, lo que queda de él, la imagen que conservo de mi niñez. Me gustó.
El reto resultó ser algo muy distinto, se trataba de mostrar que bajo el sol se sufre, (y pensé, lo siento Sara, algo como “los ricos también lloran”) que ocurren desgracias, enfermedades, dramas, la vida, y que nosotras además somos capaces de mostrar la cara menos amable del estío; quedó el reto lanzado, suspendido en el aire, y a mí me daba vueltas en la cabeza. Pero…
… Aun recuerdo la ropa que llevaba. Porqué se recuerdan cosas tan tontas, tan insignificantes? El llevaba un Panamá blanco, siempre me ha gustado con el sombrero; yo llevaba una camiseta de rayas, que ni siquiera era nueva, que desde ese día no he podido volver a ponerme. Era por la mañana, el día sería cálido, la sombra se agradecía. Le acompañaba, no sé muy bien porqué, a recoger el resultado de unas pruebas. Al escuchar esas palabras, solo esas, todo cambió: la vida, nuestra vida, él, mi vida… se quedó suspendida, el aire cálido me molestaba, no podía llorar, su silencio me dolía más que sus palabras. Yo tuve que dejar de acudir a las últimas clases.

Pero el reto seguía lanzado, desde entonces no he sido capaz de estar en el momento adecuado cuando me parecía que llegaba la inspiración. Espero, ansiosa, que si cada lunes, o martes, por la tarde, llamamos, invocamos, todas al unísono a las musas de la literatura y de los proyectos literarios, yo pueda recibir algo en el reparto, porqué no? No quiero decir que no haya hecho intentos, vanos, es verdad, pero quedaron en intentos, por eso, cuando leo que hay 2 valientes, me escuece: yo no soy una de ellas…

Se dice que en su condición de inspiradoras de toda clase de Arte, son invocadas por los poetas al comienzo de sus obras para que les proporcionen las palabras adecuadas y les muestren los hechos verdaderos.
A mí las musas!… aunque solo sea una de ellas

Mas sobre Carver

...Más sobre esa "faceta" de Carver, el Carver poeta:

Poema para Hemingway y W.C. Williams:
3 gruesas truchas quietas en la poza inmóvil bajo el nuevo puente de acero.
Dos amigos suben lentamente el sendero.
Uno de ellos, ex-peso pesado, lleva una vieja gorra de caza. Quiere matar, es decir, pescar y comerse los peces.
El otro, médico, sopesa las posibilidades de tal cosa.
Cree que estaría bien que permanecieran sin más ahí suspendidas para siempre en el agua clara.
Los dos siguen caminando pero ambos lo discuten mientras desaparecen entre los árboles los campos y la luz que oscurece aguas arriba.

Toda su vida:
Me tumbé a dormir la siesta.
Pero cada vez que cerraba los ojos, pasaban lentamente cirros sobre el Estrecho hacia Canadá.
Y las olas.
Rompían en la playa y volvían de nuevo.
Sabes que no suelo soñar.
Pero anoche soñé que estaba viendo un entierro junto al mar.
Al principio me asusté.
Luego me inundó la pena.
Pero me tocaste un brazo y dijiste:
“No, está bien. Ella era muy vieja y él la amó toda su vida”.

...Seguirá

COSMOS

Quince días, catorce, y todo está en el aire. Cosmos es un libro absorbente. Alivia mis desvelos. Ahuyenta la rancia expresión de mi jefa que no me asegura tener libre el veintitrés. Ni ningún veintitrés. Maldito sueldo. Peter Pan, Yo encontré el libro en el Fnac, alias la gran fábrica de chocolate. Deja mensaje en el blog y si quieres lo pregunto y te lo compro. Mi miedo es inane frente al de la muerte. Gracias Palimpsesto por los poemas de Carver. Trece, doce, se os echa de menos. Las escritoras estamos contagiadas por la ignorancia, mensaje misterioso de Efímera. Me tiene vilo, lo prometo. ¿Habrá vuelto Tornasol de Benidorm?. Qué ganas tengo de veros.

ULISES JAMES JOYCE

Algunas figuras retóricas del undécimo capítulo:

-Pág.331(Edit. Lumen/ Tusquets) : “ Salió como una flecha, Bronce, hasta el rincón opuesto, aplastando la cara contra el cristal e un halo de aliento apresurado.
Imagen.
Antonomasia.

-Pág.331:”La señorita Kennedy se apartó de la luz clara con un triste trotecillo torciendo un pelo suelto detrás de la oreja. Con un triste trotecillo, ya no Oro, retorció torcido un pelo. Tristemente retorció trotando pelo de oro tras una oreja curva:”
Epanáfora.

-Pág.331:”Blooquién pasaba delante de las pipas de Moulang, llevando en su pecho las dulzuras del pecado, delante de las antigüedades de Wine, llevando en la memoria dulces palabras pecaminosas, delante de la opaca plata abollada de Carroll, para Raoul.”
Anáfora.

-Pág. 333:”Agudo chillido de risa brotó de la garganta de la señorita Kennedy.”
Epíteto.

-Pág.333:”Sus ojos pasaron allá. Las dulzuras del pecado. Dulces son las dulzuras.”
Juego de palabras.

-Pág.334:”Estridentes, con honda risa, Oro tras Bronce, se apremiaron una a otra a carcajada tras carcajada, resonando en cambios, bronceoro orobronce, hondamente estridentes, a risa tras risa.”
Énfasis.

-Pág.338:”Una docena de notas pajariles gorjearon clara respuesta tiple bajo manos sensitivas. Claramente las teclas, todas chispeantes, enlazadas, tosa clavicordiantes, invocaban una voz que cantara la melodía del alba con rocío, de la juventud, de la despedida de amor, de la vida, del alba del amor.”
Epífrasis.
Juego de palabras.

-Pág.341:”El calvo Pat, fastidiado camarero, aguardaba peticiones de bebida, Power para Richie. ¿Y Bloom? Vamos a ver. Sus juanetes. Las cuatro horas. Qué calor da este negro. Claro los nervios un poco. Refracción(¿es eso?) del calor. Vamos a ver. Sidra. Sí, una botella de sidra.”
Digresión.

-Pág. 350:”-¡Bravo! Pla-pla. Estupendo Simon. Plapiplaplá. ¡Bis!. Pla-pli-pla. Como una campana. ¡Bravo Simon! Pla-plo-pla. Bis, plip-dijeron, gritaron, aplaudieron todos. Ben Dollard, Lidiy Douce, George Lidwell, Pat, Mina, dos caballeros con jarros de cerveza, Cowley, caballero primero con jarro, y bronce señorita Douce y oro señorita Mina.”
Enumeración.
Onomatopeya.
Antonomasia.

-Pág.354:”Demasiado poético eso de lo triste. Culpa de la música. La música tiene encantos dijo Shakespeare. Citas para cada día del año. Ser o no ser. Sabiduría en conserva.”
Ironía.

-Pág.355:”Junto a rosa, junto a seno en raso, junto a la mano acariciante, junto a fondillos de vasos, junto a botellas vacías, junto a tapones destaponados, saludando al irse, dejando atrás ojo y pelo de doncellez, bronce y pálido oro en profunda sombra de mar, pasó Bloom, suave Bloom, me siento tan solo Bloom.”
Anáfora.
Enumeración.
Epíteto.

miércoles, octubre 11, 2006

Kanashibari, de Paola Kaufman


"Kanashibari": Un cuento inédito de la escritora Paola Kaufmann, recientemente fallecida.
La noticia de la muerte de la escritora Paola Kaufmann (1969-2006), aquejada de una enfermedad terminal, produjo un fuerte impacto en el mundo de las letras argentinas, ya que se veía encarnada en su figura una posible renovación generacional, un posible camino de innovación temática y estilística. Sus novelas “El lago” y “La hermana” calaron sin resistencias entre la crítica y los lectores, que recibieron con entusiasmo esta nueva narrativa propuesta por Kaufmann, doctora en neurociencias e investigadora. Reproducimos el cuento Kanashibari, que forma parte de un libro inédito de relatos.
Kanashibari
"I have been sleeping, and now, now I am dead!"E. A. Poe, The facts in the case of M. Valdemar
Desde el instante mismo en que leí “Los hechos en el caso M. Valdemar” supe que yo ya conocía el final de ese cuento. Varias veces hice en vano el esfuerzo de recordar, tantas como retomé Historias Extraordinarias para detenerme con minuciosidad en los detalles de Valdemar, y así tratar de reconstruir la identidad de aquella historia, tan evasiva para mí. De que se trataba exactamente, cuándo la había leído y en dónde, eran precisiones que se escurrían de mi memoria como anguilas entre la oscuridad de las rocas. Sin embargo tenía la impresión muy clara de que la lectura, o lo que fuera que me había acercado esa anécdota, había ocurrido hacía mucho tiempo, lo cual no me dejaba más espacio que aquel más bien improbable de la infancia. Y un día fortuito, recorriendo los estantes de una librería de usados, encontré la respuesta en un libro de mitos japoneses para niños. Ese libro había llegado a nuestra casa del Valle gracias a mi abuelo, un hombre que solía viajar mucho y casi siempre por países extraños. El que encontré aquel día era el mismo libro, la misma edición de tapas doradas, hojas espesas y algunos dibujos color escarlata y negro. Contenía tres historias solamente; una de ellas resultó ser la que no conseguía recordar, Kanashibari, y tenía que ver con el sueño, aunque no con el hecho de soñar como proceso fisiológico, ni siquiera fantástico, sino como un proceso aberrante. Al igual que buena parte de los mitos en Japón, este pertenece a la Isla de Kyushu, al sur del país, una versión más vasta, geográficamente al menos, del Olimpo. Allí vivía un trabajador humilde llamado Yakumo, hijo a su vez de trabajadores humildes que nunca habían pretendido nada mas allá de procurarse la comida de cada día, y un techo simple para cobijarse. No sabían leer ni escribir, creían en los dioses, y en la bondad infinita del emperador. Yakumo, por el contrario, había nacido rebelde. Trabajaba junto a sus progenitores, pero no por placer, no porque considerara el trabajo una suerte de obligación moral, sino apenas un medio de subsistencia. Tuvo una educación elemental, al igual que sus dos hermanos, y una adolescencia insensata, al igual que todo el mundo, solo que a Yakumo le duró más. No había cumplido diecisiete años cuando se enamoro de la hija de un poderoso del lugar, llamada Aya, y quiso contraer matrimonio de inmediato. No hubo castigo ni súplica que lo hiciese desistir de su elección, y como resultado de su obstinación Aya fue descastada por su familia, que la dejó librada al cuidado de su esposo rústico y pobre. Cuando se casaron, Aya era poco más que una niña. La juventud de los dos, la fuerza de carácter y la complexión sana de sus cuerpos los salvaron de la miseria los primeros años. De a poco empezaron a construir un hogar más o menos sólido, rodearon la casa de caminos ramificados para confundir a la mala suerte, y plantaron mimbres y jacintos cerca de la puerta de entrada. A su modo inexperto y laborioso eran felices. Entonces, cuando ya estaba todo preparado para pensar en un hijo, Yakumo se fue. Una noche dijo a Aya que sentía necesidad de conocer el mundo, y a la mañana siguiente ya no estaba. Aya era muy joven cuando pasó esto. Los padres de Yakumo intentaron consolarla. Sus propios padres, sin embargo, nunca dieron marcha atrás en su decisión de no volver a verla.Yakumo anduvo por las regiones contiguas, y después mas lejos, liviano y necio como un farolito de papel flotando sobre la corriente dócil y que a la larga se despedazara contra las piedras. Cuando se canso de vagabundear encontró a otra mujer, Maki, y se casó con ella. Fue después del matrimonio que Yakumo empezó a sufrir los embates de un sueño espantoso. El sueño lo embargaba cuando aún no se había dormido, en cualquier lado, incluso en los brazos de Maki: soñaba que el fantasma de una mujer se sentaba en su pecho y no lo dejaba respirar. La mujer se sentaba de espaldas de modo que no podía verle la cara, pero las guedejas negras de sus cabellos le metían por los ojos, por la nariz y por la boca, impidiéndole respirar o gritar. La mujer no se movía de su pecho hasta que le daba la gana moverse, no importaba lo que hiciera, pensara o se obligara a dejar de pensar. Nunca aparecía cuando ya se había dormido, sino cuando estaba a punto de hacerlo. Era el kanashibari, la pesadilla de la duermevela, que perseguía a los criminales, a los indiferentes, a los traidores. El kanashibari era un castigo secreto que no podía compartirse con nadie, y duraba tanto como tardara al culpable en pedir perdón, o reparar el error. Durante diez años Yakumo sufrió las visitas, al principio esporádicas, mas tarde regulares y hasta cotidianas, del fantasma de la mujer desconocida. Diez años aplastándole el corazón casi todas las noches. Yakumo envejeció prematuramente. Aún así tardo en darse cuenta de su significado, porque Yakumo no era hombre de reparar en el dolor ajeno, aunque el mismo lo hubiese provocado. Yakumo era naturalmente ingrato, por eso no supo enseguida quién era el fantasma del kanashibari. Y cuando lo supo su arrepentimiento fue como una marea de tristeza, algo que llegaba y se retiraba, pero que no cesaría más. A pesar de eso, el fantasma seguía llegando noche a noche, seguía sentándose sobre su pecho y quitándole un año de aliento cada vez. Diez años mas tarde de su partida súbita y caprichosa, Yakumo era un hombre viejo.Maki no comprendía que pasaba con su marido, hasta que al final se hartó y le preguntó directamente si en su vida pasada había algo que tenía que esconder de ella. Yakumo, agobiado, le contó de Aya, de la región donde vivía, de sus padres, todo abandonado por un antojo imprudente de su juventud. Maki era una buena mujer. Pocos días después, Yakumo partió de regreso a buscar a Aya.En el otro extremo de la isla las cosas no parecían haber cambiado, al menos no sustancialmente. Pero sus padres no lo reconocieron, ni sus hermanos. Todos ellos vivían y seguían trabajando, inmutables, comiendo las mismas cosas, durmiendo bajo el mismo techo. Yakumo, al ver todo eso, sintió deseos de huir otra vez, pero aquella noche, en la posada anónima donde se alojaba, el kanashibari reapareció con una malevolencia inusitada, el fantasma de la mujer abarcaba ya todo el cuarto, como una montaña, y de su cabello salían insectos que hincaban sus aguijones en los globos de sus ojos, taladraban las membranas de sus oídos y mordían su lengua esta vez no solo impidiéndole moverse o gritar sino también infligiéndole un dolor atroz que lo atenazaba más que el miedo. Esa noche la mujer se dio la vuelta y lo miro de frente, y en aquella solidez horripilante Yakumo vio en plenitud a su verdugo. Al día siguiente, sin haber dormido, fue a su antigua casa rodeada de mimbres y de jacintos y de senderos interminables. Las varillas cubrían todo el sitio, y los jacintos se habían transformado en flores macilentas, ganados por una gramilla áspera y por macizos de ortigas. Yakumo se abrió paso entre ellas, lastimándose las manos y los brazos, hasta encontrar la puerta, sepultada por el resto, como toda su vida, bajo la espesura del olvido. Para su sorpresa, Aya estaba ahí, sentada en el piso en posición de loto frente a un mantel de seda, donde había además dos platos de comida y una jarra de té. Estaba esperándolo, del mismo modo en que solía esperarlo cuando Yakumo era joven y volvía de trabajar, con el cabello negro y limpio exactamente igual que la última vez que la había visto. Yakumo pensó que ella no lo reconocería, o que lo echaría, pero se equivoco. Aya le hizo un gesto para que se sentara, y después lavó sus manos y sus pies con paños calientes y limpió sus raspaduras con aguas de jazmín. Él le pidió clemencia, le suplicó perdón; ella no contestaba, se limitaba a mirarlo con una mirada amorosa, de a ratos extraviada, de a ratos nostálgica. Yakumo trató de contarle lo que había pasado pero fue inútil: Aya era una especie de grabado salido de su memoria, mudo, repitiendo un ritual de hacia diez años como si nada hubiese pasado entre ellos, ni siquiera el tiempo. Yakumo se abandonó a ella implorando su perdón, llorando sobre su regazo y rogándole que no lo atormentara mas, que se había arrepentido, que no volvería a irse. Ella, sonriendo, le acariciaba la cabeza y secaba sus lágrimas.Pasó la noche junto a su primera esposa. No había en ella un solo rasgo diferente de lo que él recordaba, ni la piel fatigada, ni un cambio de estilo de su ropa, ni una mancha en su cuerpo o un signo de cansancio. Nada. Aya se había conservado perfecta e indemne al paso de los años, como embutida en ámbar o en hielo. Yakumo, por el contrario, desde el momento de su traición, había empezado a pagar con su propia vida. Esa noche en su antigua casa Yakumo durmió por primera vez sin el kanashibari sobre su pecho, creyendo que a la mañana siguiente Aya estaría a su lado, tersa como un durazno a punto de caer del árbol, y que él, rejuvenecido por el descanso, empezaría a vivir otra vez. Yakumo se durmió abrazado a la cintura de su antigua mujer creyendo que la Naturaleza estaba en orden nuevamente.Pero la Naturaleza no estaba en orden. Raramente lo está, y aquella no era una de esas excepciones. Porque Aya, la primer mujer de Yakumo, la casi adolescente esposa de Yakumo, había muerto, o algo cercano a eso, pocos días después de la partida de su marido. Encerrada en la casa como en una crisálida, mientras afuera crecían los mimbres y se marchitaban los jacintos, ella permanecía muerta, sin que un solo centímetro de su piel se alterara con el paso de las horas, ni un solo gramo de su carne, ni las delicadas hebras de cabello negro, con el paso de los meses, y los años. Durante las noches Aya resucitaba a una especie de sueño agitado, y a la mañana reposaba en la paz de su muerte detenida, como si ese sueño la hubiese tranquilizado de modo misterioso. Los padres de Yakumo sabían de esta muerte en vida, pero para el resto, Aya había muerto definitivamente después de la partida de su esposo.Hasta que Yakumo volvió, arrepentido, avejentado por el sufrimiento que le oprimía el cuerpo.Nadie supo, salvo Yakumo, que Aya había vuelto a la vida por completo, antes de que la muerte le arrebatara todo. Como el cuerpo de Valdemar, sujeto a la realidad por el delgadísimo hilo de la hipnosis, el cuerpo de Aya fue retenido por el amor, o por el rencor, o tal vez fueron los dos sentimientos los que sustrajeron su cuerpo a la muerte absoluta durante mas de diez años. Por eso Yakumo no despertó abrazado a la cintura de su mujer, sino a una masa podrida de huesos y carne escarbada infinitamente por los gusanos, de la que apenas quedaban, reconocibles, unos manojos de cabello negro despegados del cráneo.Hasta acá el mito japonés. Ignoro si Poe lo conocía, si lo utilizo o lo recreo para su propio relato Francamente poco importa. Como él mismo dijera un día, cuando le preguntaron acerca de la influencia que tenían sobre su obra los maestros alemanes del terror: “el verdadero horror no proviene de Alemania, ni de ninguna parte, sino del alma”.





sábado, octubre 07, 2006

Escogiendo entre los poemas de Raymond Carver

ANTOLOGÍA DE RAYMOND CARVER
A primeros de septiembre, Bartleby Editores lanzó, en versión de Jaime Priede, "Todos nosotros", una antología del Raymond Carver poeta que incluye dos libros inéditos en España.

“El Cultural” adelantaba siete de esos poemas.
Yo he escogido 2 de ellos, de momento…

El primero:
Bebiendo en el coche
Es agosto y no he leído un libro en seis meses salvo una cosa titulada The Retreat From Moscowde Caulaincourt.
Sin embargo, soy felizc uando voy en coche con mi hermano bebiendo una pinta de Old Crow.
No vamos a ningún sitio, conducimos sin más.
Si cerrara los ojos durante un minuto no sabría dónde estoy y me tumbaría encantado a dormir para siempre a la orilla de la carretera.
Pero mi hermano me da un suave codazo.
En un momento va a pasar algo.

... y el segundo:
Miedo
Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.

Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echando a volar.
Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja, y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.
Ya he dicho eso.

Hasta pronto, queridas amigas de MR, hemos empezado la cuenta atrás... veintiseis días, veinticinco días, veinticuatro ...

miércoles, octubre 04, 2006

¡¡¡ AYUDA !!!!!!

Me encantaría poder llegar con los deberes "leidos". Pero y digo AYUDA no encuentro el libro por ningún sitio ...
Alguna idea ...
Se agradecería ....
Besos y ganas de veros tengo.

ULISES de James Joyce

Algunas figuras retóricas del décimo capítulo:

-Pág.293(Edit. Lumen/Tusquets):”El señor Dennis J.Maginni, profesor de danza, etc., con chistera, levita color pizarra con vueltas de seda, plastrón blanco, pantalones ajustados color lavanda, guantes canario y botas puntiagudas de charol, caminando con grave porte, se desvió muy respetuosamente hacia el bordillo cediendo el paso a Lady Maxwell en la es quina de Dignam´s Ccourt.”
Prosopografía.

-Pág.294:”La señora MacGuinness , solemne, de pelo plateado, se inclinó hacia el padre Conmee desde la acera de enfrente por donde navegaba. Y el padre Conmee sonrió y saludó. ¿Cómo estaba?. Un hermoso porte tenía. Como maría, reina de Escocia, algo así. Y pensar que era una prestamista. ¡Vaya, vaya! Con ese...¿cómo lo diría él?...con ese aire de reina.”
Etopeya.

-Pág.296:”El Padre Conmee en las almas de negros y pardos y amarillos y en su sermón de San Pedro Claver S.J. y las misiones en Africa y la propagación de la fe y los millones de almas negras y pardas y amarillas que no habían recibido el bautismo de agua cuando les llegaba su última hora como un ladrón en la noche.”
Epanáfora.
Cinestesia.

-Pág.298:”El marinero gruñó gracias y lanzó una ojeada agria a las ventanas desarentas; abastió la cabeza y avanzó a sacudidas cuatro zancadas.”
Cinestesia.

-Pág.302:”Tiene demasiados asuntos de misterio ¿Está enamorado él de ésa, de Marion? Cambiarlo y sacar otro de Mary Cecil Haye.”
Pregunta retórica.

-Pág.307:”-Hubo un gran festín en el reformatorio de Glencree- dijo Lenehan con empeño-. El banquete anual, ya sabess. Cosa de pechera almidonada. Estaba allí el Lord Alcalde, que era Van Dillon, y Sir Charles Cameron y Dan Dawson habló y hubo música. Cantaron Bartell D,Arcy y Benjamín Dollard...”
Enumeración simple.

-Pág.308:”-De todos modos, el chico andaba atento- dijo, con un suspiro-.Ella es una jaquita con mucho juego, no cabe duda. Bloom iba señalándole a Chris Callinam y al cochero las estrellas y los cometas del cielo: la Osa mayor y Hércules y el Dragón y toda la tira. Pero válgame Dios, yo me había perdido, como quien dice, en la Vía Láctea . El las conoce todas, de veras. Pro fin ella se fijnó en un puntito de nada a no sé cuántas millas. ¿Y que estrella es esa, Poldy? Dice. Válgame Dios, dejó a Bloom acorralado. ¿Esa no? Dice Chris Callinam, seguro que no es nada más que lo que se podría llamar un pinchazo. Vaya que no daba muy lejos del blanco.”
Ironía.
Enumeración.
Metáfora descriptiva.
Deprecación.

-Pág.315:”El viej Russell, con un trapo de gamuza untado, volvía a abrillantar su piedra preciosa, le daba vueltas y la sostenía junto a la punta de su barba de Moisés. Mono abuelo regocijándose con un tesoro robado.”
Imagen.

-Pág.317:”Se está ahogando. Remordimiento. Salvarla. Remordimiento. Todos contra todos. Me ahogará con ella, ojos y pelo. Lánguidos rizos de pelo de algas en torno a mí, mi corazón, mi alma. Verde muerte salada.”
Imagen.
Cinestesia.

-Pág.324:”Era horriblemente aburrido estar sentado en la salita con la señora Store y la señora Quigley y la señora MacDowell, la cortinilla echada, y todas sorbiendo los mocos y tomando sorbos de jerez oloroso superior que trajo de Tunney y el tío Barney. Y ellas comiendo migas de la tarta casera de fruta, dándole a la lengua todo el tiempo maldito y suspirando.”
Retrato.

-Pág.327:”John Henry menton, llenando la entrada de los Edificios Comerciales, miró fijamente con ojos de ostra, hinchados de vino, sosteniendo un grueso reloj de oro de cazador sin mirarlo, en su gruesa mano izquierda, sin notarlo.”
Prosopografía.

domingo, octubre 01, 2006

Encantamiento

Dicen que las escritoras han sido encantadas por el duende de la ignorancia, envidioso de sus iniciativas y relatos. El hechizo sólo será roto con las historias de, por lo menos, dos de ellas, las más intrépidas y valientes y con la lectura, antes del 23, de Cosmos, de Witold Gombrowicz (Seix Barral).Suerte.