viernes, octubre 13, 2006

Proyecto libro

Sara nos anunció el proyecto al final del curso, los lazos estaban creados, unidas por algo que no consigo aún definir y que no se corresponde únicamente con esas 2 horas y pico semanales que compartimos. Los ratos arañados a obligaciones, quehaceres, compromisos, profesión, devoción, y otros, parece que fueran multiplicados, estamos con las demás cuando pensamos en nuestro Mono Rojo.
Era ya casi verano, en Madrid el secano instalado, mayo rozando junio, camisetas de manga corta, abanicos precoces, olor a horchata y los ecos de la feria del libro todavía en el ambiente.
Proyecto libro, anunció, lo recuerdo, “escritoras que vienen del estío”, nosotras… me gustó, “escritoras que vienen del estío” … sombreros de paja, terrazas del Retiro, patatas fritas, cañas, vacaciones, mar, sol, rocas templadas al sol, arena entre los pinos, mediterráneo, lo que queda de él, la imagen que conservo de mi niñez. Me gustó.
El reto resultó ser algo muy distinto, se trataba de mostrar que bajo el sol se sufre, (y pensé, lo siento Sara, algo como “los ricos también lloran”) que ocurren desgracias, enfermedades, dramas, la vida, y que nosotras además somos capaces de mostrar la cara menos amable del estío; quedó el reto lanzado, suspendido en el aire, y a mí me daba vueltas en la cabeza. Pero…
… Aun recuerdo la ropa que llevaba. Porqué se recuerdan cosas tan tontas, tan insignificantes? El llevaba un Panamá blanco, siempre me ha gustado con el sombrero; yo llevaba una camiseta de rayas, que ni siquiera era nueva, que desde ese día no he podido volver a ponerme. Era por la mañana, el día sería cálido, la sombra se agradecía. Le acompañaba, no sé muy bien porqué, a recoger el resultado de unas pruebas. Al escuchar esas palabras, solo esas, todo cambió: la vida, nuestra vida, él, mi vida… se quedó suspendida, el aire cálido me molestaba, no podía llorar, su silencio me dolía más que sus palabras. Yo tuve que dejar de acudir a las últimas clases.

Pero el reto seguía lanzado, desde entonces no he sido capaz de estar en el momento adecuado cuando me parecía que llegaba la inspiración. Espero, ansiosa, que si cada lunes, o martes, por la tarde, llamamos, invocamos, todas al unísono a las musas de la literatura y de los proyectos literarios, yo pueda recibir algo en el reparto, porqué no? No quiero decir que no haya hecho intentos, vanos, es verdad, pero quedaron en intentos, por eso, cuando leo que hay 2 valientes, me escuece: yo no soy una de ellas…

Se dice que en su condición de inspiradoras de toda clase de Arte, son invocadas por los poetas al comienzo de sus obras para que les proporcionen las palabras adecuadas y les muestren los hechos verdaderos.
A mí las musas!… aunque solo sea una de ellas

3 Comments:

Blogger Efímera said...

Mi querida amiga, las musas ya están contigo, aunque tú, atenta a otros menesteres, no te hayas dado cuenta.

3:09 p. m.  
Blogger peter pan said...

Pero vamos a ver, ¡KOMO PUEDES DECIR ESO!. (perdón por las mayúsculas. Son mayúsculas de cariño). Todas las veces que has "colgado" en el blog has relatado. Creo que las musas nunca te han dejado. No las tienes que buscar, están contigo.

3:58 a. m.  
Blogger :-[ said...

La musa eres tú. Y con tu dulzura has abrazado la fatiga y las largas noches. Conozco a pocas personas tan valientes como tú. Te veo el 23!.

10:11 p. m.  

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