sábado, octubre 07, 2006

Escogiendo entre los poemas de Raymond Carver

ANTOLOGÍA DE RAYMOND CARVER
A primeros de septiembre, Bartleby Editores lanzó, en versión de Jaime Priede, "Todos nosotros", una antología del Raymond Carver poeta que incluye dos libros inéditos en España.

“El Cultural” adelantaba siete de esos poemas.
Yo he escogido 2 de ellos, de momento…

El primero:
Bebiendo en el coche
Es agosto y no he leído un libro en seis meses salvo una cosa titulada The Retreat From Moscowde Caulaincourt.
Sin embargo, soy felizc uando voy en coche con mi hermano bebiendo una pinta de Old Crow.
No vamos a ningún sitio, conducimos sin más.
Si cerrara los ojos durante un minuto no sabría dónde estoy y me tumbaría encantado a dormir para siempre a la orilla de la carretera.
Pero mi hermano me da un suave codazo.
En un momento va a pasar algo.

... y el segundo:
Miedo
Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.

Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echando a volar.
Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja, y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.
Ya he dicho eso.

Hasta pronto, queridas amigas de MR, hemos empezado la cuenta atrás... veintiseis días, veinticinco días, veinticuatro ...

1 Comments:

Blogger Efímera said...

De niña, cuando tenía miedo, mi abuela me contaba cuentos, leyendas del Moncayo, con vientos que resquebrajaban a los más valientes. Así aprendí que el miedo se desvanecía con la ficción. Luego, yo le contaba cuentos a mis hermanos y ahora es lo único que puedo regalar a mis amigas.

12:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home