sábado, agosto 26, 2006

Promesa

Prometiste algo de El Ocnos, de Luis Cernuda, y Dios ha querido que lo cumplas:

El Tiempo

Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre una vez ha vivido libre del aguijón de la muerte.
¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de eternidad. ¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño?..

Pronto comenzarán las clases de El Mono Rojo y la tertulia de El Barandal, desde tu balcón ves los árboles titilar con una luz fría y las golondrinas ya se han marchado. Antes que el curso comience debes leer El hombre de nieve a unos niños, allá, en Los Montes.