viernes, junio 30, 2006

Palimp pide aclaraciones y envía noticias

Hola Hola a mis queridas amigas/compañeras del Mono Rojo,
No os olvido: cómo podría yo? Vuestras muestras de afecto me animan.
Ya vuelvo a estar en marcha, puedo disponer de algo que no suelo tener: TIEMPO!!!
Y aunque no se puede recuperar el tiempo pasado (qué más quisiera yo) me estoy poniendo al día. Necesito algunas claves para empezar manos a la obra con el relato, sólo quisiera que alguien me confirme:
Que se trata de un relato libre
Que el hilo conductor de todos los relatos será el sol y el calor como elemento negativo
¿Cuál es la cantidad mínima de páginas?
¿Y la cantidad máxima?

Por cierto, me he acordado mucho del taller leyendo “El Aleph”, de Borges, mención expresa a algo que conocemos de sobra: el oximoron. Por descontado no se limita a nombrarlo. Pero debo releerlo varias veces, con Internet a mano para consultar tantas cosas, personajes, citas, obras…

Otra lectura recomendada, que (ahora sí) estamos todas nosotras en situación de apreciar y entender: “Esplendor de Portugal” de Antonio Lobo Antunes:
Entre otros motivos por la belleza del lenguaje, las imágenes y figuras literarias, los monólogos interiores alternados de los distintos personajes/protagonistas, un mundo en decrepitud: el de Angola, que como “El Sur”, acabó pudriéndose, desapareciendo, llevándose consigo a aquellos que lo conocieron, un personaje, el hermano menor, con una enfermedad, epilepsia, que le convierte en un disminuido psíquico, una hermana de moral laxa, una madre fuerte, un padre alcohólico. Tan lejano físicamente del sur y sin embargo con tantas similitudes.
Pronto lo terminaré, pero pienso releerlo lápiz en mano, con ojos de “El Mono Rojo”.

lunes, junio 26, 2006

Primer lunes de después de.

Pues si. Primer lunes de despues de. Lunes extraño.
Pero lunes repleto de libros nuevos que siempre guardan historias .. "Sin destino", "Autoretrato de Mozart", "Vida y época de Michael K", "Almas grises" y otros que irán cayendo.
Aunque no nos veamos con los ojos, no puedo dejar de pensar en que todas nosotras en un momento dado durante este tiempo tendremos los fijos en las mismas letras, que pasaremos las mismas páginas... es en cierto modo una forma de coincidir en el espacio, de sentir la compañía de otro aunque no esté cerca, de unión.

De cualquier forma y por si las ondas sensoriales no funcionan, que el espacio sideral anda revuelto, dejo escrito un número 656 600 223. A vuestra dispo.

Ya casi se termina el primer lunes de después de.

ULISES JAMES JOYCE Algunas figuras retóricas del segundo capítulo:

-Pág. 92 (edit. Lumen/Tusquets):”Oigo la ruina de todo el espacio, cristal roto y mampostería derrumbándose, y el tiempo hecho una sola llama lívida y definitiva.”
Cinestesia.

-Pág. 93: “Un estúpido júbilo de perfil...”
Cinestesia

-Pág. 93:”Sus pulseras riendo en la pelea.”
Figura retórica de pensamiento, Prosopopeya.
Consiste en atribuir cualidades humanas a objetos o seres que no pueden tenerlas.

-Pág. 94:”Pensamiento es el pensamiento del pensamiento. Tranquila luminosidad. El alma es en cierto modo todo lo que es: el alma es la forma de las formas.”
Figura retórica de dicción, Juego de palabras.
Cualquier tipo de combinación expresiva,- ordinariamente humorística o irónica- en que se enfrentan dos vocablos (sus significantes o sus significados) dentro de un mismos texto. Juega con los significados de un mismo término(polisemia) o los significantes distintos de un fonema.

-Pág. 95:”Sargent, el único que se había rezagado, se adelantó despacio, entregando su cuaderno abierto. Su pelo enredado y su cuello descarnado daban testimonio de impreparación, y, a través de sus nebulosas gafas, unos débiles ojos levantaban una mirada suplicante. En su mejilla, mortecina y exangüe, había una leve mancha de tinte, en forma de dátil, reciente y húmeda como una huella de caracol.”
Figura retórica de pensamiento, Retrato.

-Pág.96:”Una tiniebla brillando en claridad que la claridad no podía comprender.”
Juego de palabras.

-Pág. 96:”Con un leve color de vergüenza entreviéndose tras su piel sombría.”
Cinestesia.

-Pág.97:”Hay secretos, silenciosos y pétreos, sentados en los oscuros palacios de nuestros dos corazones: secretos fatigados de sus tiranías: tiranos deseosos de ser destronados.”
Cinestesia.

-Pág. 97:”La bandeja de monedas Estuardo:”
Antonomasia.

-Pág.98:”El mismo sitio y hora, la misma sabiduría: y yo el mismo.”
Figura retórica de pensamiento, Énfasis.
Se produce cuando se da a entender más de lo que se dice o se hace comprender lo que no se dice. Sus recurso son múltiples: entonación, superlativos, cambios de orden en los vocablos, recurrencias...

-Pág. 103:”Una mujer trajo el pecado al mundo. Por una mujer, que no era ningún modelo, la escapada esposa de Menelao, los griegos hicieron la guerra a Troya durante diez años. Una esposa infiel fue la primera que trajo a los extranjeros aquí a nuestra orilla, la mujer de McMurrough y su concubino O´Rourke, príncipe de Breffini. Una mujer también hizo caer a Parnell”.
Epanáfora.


-Pág. 104:”Terrores desdentados”.
Cinestesia.

viernes, junio 23, 2006

Solsticio de verano

Esta noche quemad las flores que muerden. Mañana es San Juan.

Enlaces

Para nuestras queridas despistadas:

Hemos añadido dos enlaces (Links.Con nuestros conocimientos informáticos ha sido imposible la traducción ): literaturas.com y el boomeran.com. Esperamos que os gusten y vuestros comentarios sobre ambos.

jueves, junio 22, 2006

Fin de curso

El frescor de la pequeña aula nos hizo suspirar de alivio. Llenamos los vasos de hielo y Oliva nos invitó a naranjada fría. Después se cerró la puerta. Leímos En busca de las nubes, de Maribel; Torta quemada, de Aurora y Silencio, de Isabel. Los folios pasaban de mano en mano, negro sobre blanco. Los borradores se escucharon con la solemnidad de los proyectos humildes. El nivel era más que aceptable, para que el próximo solsticio de verano un libro de relatos refleje los ojos de las lectoras. En la papelera, las correcciones convertirán los folios arrugados en rayos dorados. Así nacen las escritoras.
Para despedirnos saboreábamos bolas de avellanas recubiertas de chocolate negro. Los ojos golosos y algo melancólicos se cruzaban sabedores que el adiós estaba próximo. Las alumnas me preguntaron por Paloma mientras miraban su silla, ayer vacía. Volverá el curso que viene, dije al cerrar la cartera, ya sabéis como es lo del trabajo. Caminamos por el pasillo ruidosas como las golondrinas. Esta vez, Oliva echó la llave. Ya en la calle, Lagasca con Goya, hicimos promesas y nos besamos con la camaradería que dan las lecturas compartidas. Arriba, el piso se había quedado solitario, solo con el eco silencioso de los cuentos. En la penumbra se reflejaba la sombra blanca de unos folios aún sin escribir.

¿DÓNDE ESTÁS PALIMSEPTOS?

Te he echado mucho de menos en las últimas clases. Te sabemos fiel siempre a la cita. Supongo que te ha sido imposible venir. Pero vaya, es que te he echado de menos. La penúltima clase Efímera nos regaló otro maravilloso relato. Felicidad Clandestina, de Clarice Lispector. El libro se titula así también, por si te animas y quieres leerlo. La última clase la aprovechamos mucho; leímos los relatos de Aurora y Maribel. Yo me enganché enseguida con el de Aurora. Y el de nuestra próxima y futura visitante, convertida en Tornasol, dio un giro de 180, convirtiéndose en un relato con mucha fuerza. Del mío, si quieres me mandas por móvil tu correo y te lo mando, no sé si debo hablar ya que no sería objetiva, supongo. Pero a mi, como construcción creativa, me está costando muchas horas de sueño, aunque ¡Qué feliz estoy!. ¿Y el tuyo, cómo lo llevas?. La clase fue muy relajada, nos reímos mucho. Y nos daba pena despedirnos. Y vaya, sí que te eché de menos amiga. Escribe pronto. Abrazo grande. Abrazo a todas. Y gracias.

UN MENSAJE PARA PALIMSEPTOS, DE TORNASOL

Día 21. Sol que se despereza un poco más. Piensa recuperarse y aguantar con su brillo hasta Octubre. Cita a Paloma, Araceli y Belén para entonces. Clase nostálgica pero provechosa. Gracias, Sara.
Maribel.

martes, junio 20, 2006

Ulises, por Isabel

Algunas figuras retóricas del primer capítulo:

-Pág.71(edit. Lumen/Tusquets): “Stephen Dedalus, molesto y soñoliento, apoyó los brazos en el remate de la escalera y miró fríamente aquella cara sacudida y gorgoteante que le bendecía, caballuna en su longitud, y aquel claro pelo intonso, veteado y coloreado como roble pálido.”
Retrato, figura retórica de pensamiento.

-Pág. 73: “Granito rugoso.”
Epíteto explicativo, figura retórica de pensamiento.

-Pág. 74: “A través de la bocamanga deshilachada veía ese mar saludado como gran madre dulce por la bien alimentada la voz de junto a él.”
Comparación o símil, figura retórica de pensamiento.

-Pág.75: “Gritos por la ventana abierta, sobresaltando el atardecer en el patio.”
Cinestesia, figura retórica de significación.

-Pág.78. “Por esas palabras, Stephen: misterio amargo del amor.”
Cinestesia.

-Pág.78: “Júbilo fantasmal, plegado y apartado: Perfumado de almizcle.”
Cinestesia.

-Pág.79:”Druídicos druidas”. “Omnipotentes soberanos.”
Epíteto constante y Epíteto tópico.

-Pág. 81:”-Por Júpiter, que es té.”
Deprecación, figura retórica de pensamiento.

-Pág.82:”Hablan frecuentemente del recaudador de prepucios.”
Ironía, figura retórica de pensamiento.

-Pág.86:”En el claro instante del silencio, Stephen vio su propia imagen en barato luto polvoriento entre las alegres vestimentas de los otros.”
Cinestesia.

-Pág.87:”-“Soy el chico más raro del que se ha oído hablar. Mi madre era judía y mi padre era un pájaro. Con José el ebanista no puedo andar de acuerdo: Brindo por mis discípulos, brindo por el Calvario.”
Sarcasmo, figura retórica de pensamiento.

-Pág.87:”Si alguno es de opinión que no soy divino, cuando haga el vino yo, no podrá beber gratis. Tendrá que beber agua, y la querría clara cuando ese vino en agua se convierta otra vez.”
Sarcasmo.

domingo, junio 18, 2006

EL POEMA NUMERO SETENTA Y DOS DE TRILCE

LA ULTIMA EVOCACIÓN


Cuando vuelvo a tu habitación, en los amaneceres insomnes, lo primero que busco es el paisaje alado de tu ventana. Hay árboles sin nombre, yo soy más pequeña; pero puedo ver, tras las cuerdas y las otras ventanas, las ramas apuntalando la luz blanquecina. Tus paredes son lisas, aún no eres humedad. Aunque los carteles de frases que no sé leer ya están colgados, haciendo inalcanzable el arco de tus dedos. Sé que hay más palabras, en el mar oculto de los cajones. Bajo la inquietud de la almohada. Tras la boca miedosa del armario. Los colores de tus trajes, de tus partituras, huelen a raídas sonrisas que se desvanecen poco a poco. Sé que siempre estoy de pie. Al lado de la silla. Busco tus ojos silenciosos. Memorizo las palabras incomprensibles. Retorciendo el contorno de la falda gris. Las memorizo sin saberlo. Hay mares de años, olas remolino, huecos frondosos en las ramas. Es que todavía no sé cómo irme. Me da vergüenza enseñar las arrugas de la blusa enorme, prestada. Las memorizo entre tus sueños y el reflejo inane de mi rostro en el cristal. Estoy pensando en una gran tormenta. Pero es Julio y te vas. Siempre es Julio. Estoy escribiendo en los cafés. A veces, miro hacia la calle. Los primeros pasos, las primeras luces. El espejo inmóvil. Los árboles erosionados en mi mirada.

jueves, junio 15, 2006

A Palimpsestos


Todas te echamos muchísimo de menos, pero el silencio sonoro del blog se debe a que las escritoras están concentradas en el Proyecto Libro. La entrenadora fue muy dura el otro día: sobran palabras inútiles, la historia no es verosímil, por favor, relatar sólo un hecho, no os liéis. Un personaje tiene que tomar una decisión, no mil. Estamos en el género relato, donde menos es más. Recordad los cuentos ya leídos. En fin, que fue muy didáctica. Ella está buscando una editorial, pero nos exige que, ahora sí, nuestra obra no tenga fisuras. Por suerte, tenemos hasta el 2007. Te sugiero, que el próximo lunes vengas con tu borrador de cuento y con copias para las chicas. También hubo regalos, pero con el susto del campo semántico, ya se me habían olvidado. Las sillas, la pizarra y tus bombones están en el mismo sitio, esperándote, como nosotras. Hasta pronto, querida amiga.

miércoles, junio 14, 2006

Necesidad

Echo de menos novedades, busco nuevas entradas que me mantengan al día: no me olvideis, yo a vosotras no os olvido... me hacéis tanto bien!

domingo, junio 11, 2006

Y otro lunes

Tampoco este lunes...
Si todo va bien será el próximo. Os recuerdo mucho.

viernes, junio 09, 2006

Mis libros de la Feria

Almas grises, de Philippe Claudel (Salamandra).

Sin destino, Imre Kertész ( Acantilado).

El Baile y Suite francesa, ambos de Iréne Nemirovsky ( Salamandra).

Autorretrato de Mozart, de P.A.Bacells (Acantilado).

Prefería no hacerlo, de Pilles Deleuze, Giorgo Agamben, José Luis Pardo ( Pretextos).

México, Teoría Literaria, y América, los tres de Alfonso Reyes ( Fondo de Cultura Económica).

Y muchos más que me dejarán las amigas.

miércoles, junio 07, 2006

La Cena, de Alfonso Reyes.

Algunas figuras retóricas.
-“Serpientes de focos eléctricos bailaban delante de mis ojos”.
-“Las calles estaban solas”.
Cinestesia. Atribuye cualidades a conceptos que no pueden tenerlas.

-“El caso, además, ofrecía singular atractivo: el tono, familiar y respetuoso a la vez...”.
Epíteto. Adjetivo calificativo que añada una cualidad o la subraya y cuya significación es (por lo general) más subjetiva y ornamental que descriptiva.

-“...Y torreones, solemnes como esfinges en la calzada de algún templo egipcio...”.
Comparación o símil. La comparación retórica exige algo más que meramente la gramatical; exige un término real y otro imaginario con el que el primero es comparado.

-“Aquel lujo frío...”.
Cinestesia.

-“Su silueta se había colorado ya de facciones; su cara me habría resultado insignificante, a no ser por una expresión marcada de piedad; sus cabellos castaños, algo flojos en el peinado, acabaron de precipitar una extraña convicción en mi mente: todo aquel ser me pareció plegarse y formarse a las sugestiones de un nombre.”
Retrato. Une la etopeya (descripción del modo de ser de un personaje) con la prosopopeya (descripción del aspecto físico de un personaje).

-“El salón, como lo había imaginado, era pequeño. Mas el decorado, respondiendo a mis anhelos, chocaba notoriamente con el del vestíbulo. Allí estaban los tapices y las grandes sillas respetables, la pies de oso al suelo, el espejo, la chimenea, los jarrones; el piano de candeleros llenos de fotografía y estatuillas...”
Pragmatografía. Descripción de objetos.

-“Súbitos relámpagos ibsenianos”.
Antonomasia. Sustitución de un nombre común por un desconocido muy definitorios o sustitución de un propio por uno común.

-“Todas las frases comenzaron a volar...”
Cinestesia.

-“Sombras desteñidas”.
Cinestesia.

-“Cruel deleite”.
Oxímoron. Palabras de sentido totalmente opuesto, enfrentadas entre si, llegan a ser semánticamente compatibles en un texto.

-“¿Qué preguntaría?. Quise hablar ¿qué diría?.¿Qué había sucedido junto a mi?. ¿Para qué me habían convidado?”.
Pregunta retórica. Sólo tiene valor enfático. No espera respuesta afirmativa no negativa, pues la lleva implícita.

-“Llevándome por los brazos como un inválido...”
Comparación.

martes, junio 06, 2006

Por Hanif Kureishi

“Borderline” ("En el límite"), una obra teatral que escribí en 1981. La compañía del Royal Court Theatre, donde se había estrenado, quería montar una lectura de ella como parte de los festejos de su 50º aniversario. En 1981, mi padre aún vivía. Presenció muchas representaciones, entusiasmado, riéndose de todo y, en particular, del personaje del padre que se le parecía bastante. Ahora, veinte años después, dos de mis hijos, ambos de doce años, asistieron a la lectura. No pude dejar de preguntarme qué significaría para ellos o, en verdad, para el público actual. El director de 1981, Max Stafford-Clark, quien me sugirió la idea original, había trabajado a menudo con Joint Stock, una compañía ambulante fundada por David Hare y Bill Gaskill para llevar el teatro político fuera de Londres. Max me dijo que elegirían los actores, harían el trabajo de investigación en Southall (un barrio de inmigrantes en la parte oeste de Londres) y luego, yo escribiría la obra. La compañía solía presentar las obras en escuelas, centros comunitarios y gimnasios de todo el país y finalmente, un par de meses después, en un teatro londinense, en general, el Royal Court. Era teatro político. Emergía de las fuerzas intensas, turbulentas y radicales de los años 70. En el caso de Borderline , la intención era mostrar la comunidad a través de sus diferencias de edad, opiniones políticas y esperanzas para el futuro, entretejiendo numerosos personajes y puntos de vista. Por entonces, ser contratado como autor por Joint Stock era "tener muy alto nivel", como diría Max. Yo promediaba la veintena y vivía con mi amiga, una asistente social, en un departamento municipal en Barons Court, en el oeste de Londres, junto a una línea férrea. El alquiler era bajo. Debía de recibir un subsidio por desempleo, ya que habría sido imposible que me ganara la vida escribiendo. Hasta entonces, sólo tenía en mi haber dos obras teatrales completas y muchas novelas inéditas. Entre los escritores, actores o directores caribeños de raza negra o asiáticos, eran muy pocos los que vivían de su trabajo. ¿Por qué habría de suponer que mi caso sería distinto? Todo aquello me ponía muy nervioso y con razón. Que yo supiera, era la primera obra de autor asiático que se presentaba en el escenario principal del Royal Court, un teatro famoso por su audacia innovadora. Yo sólo conocía otro dramaturgo negro: Mustapha Matura. Lo admiraba, pero sus obras eran poéticas y no documentos sociales. Para mí, los preparativos de la Joint Stock habían sido frenéticos, si no aterradores. Había contratado actores y teatros, todo estaba listo y, en seis semanas, comenzarían los ensayos, pero yo no había escrito ni una sola palabra. Apenas si empezaba a descubrir mis posibles dotes de escritor, a tratar de hallar un tema, unos personajes y las palabras que dirían. Ya estaba aprendiendo mucho de los directores con quienes trabajaba. También de los actores: no bien empezaban a hablar, saltaba a la vista la torpeza del texto. Afortunadamente, por entonces yo me esforzaba mucho, impulsado por una ambición feroz. Logré escribir la obra. Y rehacerla. Vi que ahí comenzaba el verdadero trabajo. Si hasta entonces había tenido una idea demasiado "pura" del artista, pronto aprendería que el perfeccionismo estético no era una actitud conveniente. Max era severo y preciso: me enviaba a un camarín, a escribir una escena sobre tal o cual asunto, con determinados personajes. Yo rehacía la obra a medida que la ensayábamos. Seguí haciéndolo durante la gira por todo el país, cuando la presentamos en el Royal Court e incluso después. Nunca había trabajado de ese modo. Era una habilidad importante que debía desarrollar. Me vino bien dos años más tarde, cuando trabajé con Stephen Frears en “Ropa limpia, negocios sucios” y me pidieron que rehiciera el guión en el estudio. También experimenté cierta ambivalencia respecto al procedimiento periodístico. Ya tenía material de sobra; apenas si había tratado al vuelo mi propia experiencia de muchacho británico de ascendencia asiática. ¿Por qué entrevistábamos a desconocidos en busca de material? Sin embargo, cuando empezamos a hablar con la gente, descubrí que esas conversaciones no eran pura cháchara. Eran serias (algunas nos llevaban varios días) y siempre conmovedoras. Me fascinaba escuchar a desconocidos. Era una especie de psicoanálisis burdo. Bastaba formular una pregunta simple para que nos arrastrara un remolino de recuerdos, impresiones, miedos y terrores. Me impresionó cuánto revelaba la gente acerca de sí misma, cuánto quería que otros supieran y comprendieran. La comunidad era cerrada y sustentadora, pero eso se pagaba con la inhibición y el constreñimiento. La mayoría de los actores que, este año, participaron en los ensayos y lectura de Borderline tenían menos de diez años cuando ocurrieron los disturbios en Southall. Necesitaban una rápida lección de historia. Representamos dos piezas de la época. Hablamos del monetarismo, Norman Tebbit, las Malvinas, la huelga de los mineros y los tumultos en Brixton, Bristol, Liverpool y Southall, donde trabajaban muchos asiáticos. Cuando Max me propuso el tema para Borderline , Southall acababa de convertirse en el foco del descontento y la violencia. El racismo era una experiencia cotidiana para la mayoría de los asiáticos que habitaban Gran Bretaña. Pero los personajes de mi obra se refieren con frecuencia a la posibilidad de una "invasión", algo temible y perturbador para ellos, como si ya hubiera ocurrido. En abril de 1979, la policía autorizó un mitín del Frente Nacional (fascista) en la parte asiática de Southall. Dos semanas antes, sus residentes se habían reunido con el laborista Merlyn Rees, secretario del Interior, para pedirle que lo prohibiera. En la víspera de la marcha, 5.000 personas fueron al Ayuntamiento de Ealing y entregaron un petitorio en el mismo sentido, firmado por 10.000 vecinos. Las fábricas locales acordaron un paro en señal de protesta. Rees no cedió. Alegó la libertad de palabra, aun para los fascistas. Durante la protesta subsiguiente al mitín, organizada por los asiáticos y la Liga Anti-Nazi -una pantalla del Partido Socialista Trotskista de los Trabajadores- la policía montada atacó a la multitud. También arremetió con sus coches celulares. Blair Peach, un joven maestro izquierdista, fue golpeado y muerto por el tristemente célebre Grupo Especial de Patrullaje (SPG), un impreciso cuerpo policial-militar cuya función -se decía- era apalear a la gente. La violencia desenfrenada de la policía y el número de heridos impresionaron y desilusionaron a muchos asiáticos de edad madura, que todavía respetaban a la policía y el sistema legal británicos. Entretanto, los medios presentaron los disturbios como un "ataque contra la policía". En junio de 1979, al revisar los armarios de los miembros del SPG, en uno de ellos se encontraron distintivos nazis, bayonetas y cachiporras forradas en cuero. No obstante, no sumariaron a ningún agente. Esto explica, en parte, el ambiente de miedo y paranoia en que transcurre la acción de Borderline . Por eso sus personajes dan tanta importancia a sus discusiones sobre cómo proceder social y políticamente. Pasan todo el tiempo pensando en qué país están viviendo y qué país heredarán e intentarán rehacer los jóvenes. Al releer la obra más de veinte años después, lo sorprendente para mí fue que no me extrañaran su ingenuidad ni la naturaleza de mis inquietudes personales de entonces. Desde luego, había envejecido, pero de una manera digna de atención. Sí me impresionó que los personajes hablaran tan poco de religión. En aquel tiempo y lugar, la ideología unificadora era el socialismo. Las Hermanas Negras de Southall y otros grupos feministas, así como algunas agrupaciones anarquistas y separatistas, aportaban lo suyo al debate. La obra en sí era un producto de los años 70. Habría que preguntarse a cada paso: "¿De qué modo esta escena o estas líneas promueven la causa no sólo de la obra en sí misma, sino también del movimiento social que propugnamos? ¿Qué estamos diciendo acerca de los asiáticos, las mujeres, la clase trabajadora? ¿Cómo llevamos adelante el debate?". En los años 90, el teatro político estaba muerto. Como recurso para explicar el mundo o traer noticias de partes inexploradas de Gran Bretaña, había acabado por parecer tosco. Pero en estos tiempos de mendacidad, engaño y violencia, una vez más necesitamos discutir públicamente los problemas contemporáneos. A diferencia de la mayoría de los filmes, el teatro político puede ser rápido, inmediato y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Una década después de los disturbios en Southall, en 1989 (el año en que murió el comunismo en Europa), hubo otra manifestación significativa de los asiáticos, esta vez en el Hyde Park. No fue contra los ataques raciales o la desocupación ni, a decir verdad, contra ninguna preocupación expresada en Borderline . Fue contra la publicación de “Versos satánicos”, de Salman Rushdie. Acudieron los musulmanes de toda Gran Bretaña. Los hombres atacaron a manifestantes asiáticas (quizá pertenecientes a un grupo similar a las Hermanas Negras de Southall) que llevaban pancartas con la leyenda: "Mujeres contra el fundamentalismo". Mientras, por un lado, se acallaban estas voces disidentes y en toda la comunidad se desalentaba a los laicos y los socialistas, por el otro, emergió una gama de problemas nuevos, muchos de ellos relacionados con la idea de la palabra, los libros, la escritura, los vocablos y el lugar que ocupan, como críticos, el artista y el intelectual. En enero, mis dos hijos mayores y yo fuimos a Trafalgar Square, a mirar la manifestación de nuestra comunidad contra otras blasfemias. Esta vez, eran las caricaturas. Pese a nuestros nombres y ascendencia musulmanes, no teníamos cabida en las protestas y las críticas no parecían ser bienvenidas. Por la misma época, bajo la Ley Antiterrorista, uno de los jóvenes actores que había participado en la lectura de Borderline , así como en el film de Michael Winterbottom sobre la bahía de Guantánamo, fue arrestado, maltratado y retenido en Heathrow. Regresaba del Festival de Berlín, donde el film de Winterbottom había ganado el Oso de Plata. Durante los diez años transcurridos desde los disturbios en Southall hasta la manifestación contra Versos satánicos , nuestra comunidad fue politizada por el extremismo islámico. Era un proceso que venía desarrollándose en todo el mundo musulmán desde la descolonización. Esta versión del islam impuso una identidad solidaria a una comunidad sitiada. Llegó a significar la rebelión, la pureza, la integridad. Pero también fue una trampa. Una vez adoptada, esta ideología trajo aparejadas muchas restricciones, enclaustró a la comunidad y la separó de posibles fuentes de creatividad: la disidencia, la crítica, la sexualidad. Sólo se podía hablar de política dentro de sus parámetros. Su autoritarismo, sofocante para los de adentro y fascistoide para los de afuera, rechazó el liberalismo que la comunidad, precisamente, necesitaba para prosperar en el mundo moderno. Fue trágico: lo que había protegido a la comunidad contra el racismo y la desintegración acabó por tiranizarla.

lunes, junio 05, 2006

Las mentiras de Ramales

En el contraluz de la plaza Joaquín y José hablaban. Nos habían convocado Las mentiras de la noche, de Gesualdo Bufalino. No sé si ellos hablaban de la novela o de fútbol. Me acerqué con sigilo para sorprenderlos, pero me vieron y se levantaron caballerosos. Hoy, solo tomaré agua, le dije a la camarera, he comenzado la operación biquini. Ella, una joven india ecuatoriana, me trató con la condescendencia que los locos se merecen. En fin, que la botella vino acompañada de un cesto de patatas fritas. A cada instante surgían turistas desde las esquinas sin verdura ni sembrados arrietes. Creo haber oído siete campanadas en San Ginés.
Adla apareció con un traje de pantalón negro que le daba un aire de artista del uppereastside. Regresaba de Berlín y cuando iba a comenzar a narrarnos su viaje, la sombrilla que protegía nuestra mesa nos arrojó una varilla como una lanza romana de los restos arqueológicos que se entierran en las entrañas de la plaza, una plaza sin flores ni niños. Sara, le pidió a la camarera que se llevara, por favor, el parasol mortífero y después, como una golondrina traviesa, trinó sin parar: el título es lo primero que debemos analizar. Entonces nos trajeron cervezas y más patatas fritas.
Las mentiras ( Le menzogne), nos alertan que lo relatado no va ser cierto.La noche, la oscuridad, donde habitamos los seres humanos porque todo es mentira. La muerte. Adla escuchaba con paciencia mientras le daba el libro de Dezso Kosztolányi, Alondra, a Sara, quién se lo había encargado por consejo de Efervescente. En San Ginés sonaba la media y la historia no contada de Adla sobre Berlín fue un misterio que se apoderó de todos.
Después, apareció Ana de Diego, invitada por Adela. Se conocían del taller de Clara. A todos nos resultaba familiar su nombre, de cuando fuimos coautores. Cangreja llegó con disculpas y un aire de estar en otro lugar, con Silvia.Leyó la biografía de Gesualdo Bufalino y todos nos pusimos muy contentos al enterarnos que el autor siciliano publicó, por primera vez, a los sesenta. Joaquín comentó que un escritor conduce una cuadriga y los caballos se llaman: narrador, ritmo, frases y descripciones. Sara, bromeaba con Mesala. Qué buena aquella película de homosexuales: Ben-Hur. En fin, los desvaríos nos llevaron a lo extradiegético. Cómo echamos de menos a Norma y sus niveles narrativos. En una novela en tercera persona, el narrador radicaría en un nivel básico extradiegético, los personajes de la historia en un segundo nivel intradiegético y cuando uno de ellos, mediante un desembrague interno, asumiese el papel de narrador secundario o paranarrador, se abriría el primero de los posibles niveles propios de las obras concebidas según la estructura de la llamada «caja china» o de la mise en abyme metanarrativa. José Guerrero nos miraba con estupor y sin mediar palabra pidió otra cerveza. En San Ginés tañeron ocho campanadas.

sábado, junio 03, 2006

EL POEMA NUMERO CINCUENTA Y SEIS DE TRILCE

UNA EVOCACIÓN

Al final, no te hice la pregunta cruel. Cerraste los ojos y supe que por un momento, estabas lejos. Me dijiste, entre olores rancios a bocanadas, que fueron todos los días de tu vida. En todos ellos, habías amanecido a ciegas. A ciegas esperarías mi visita el próximo sábado, otra vez.Miré por la ventana, empecé a contarte cómo habían engalanado las calles por la feria. Un septiembre mitad lluvia, mitad amarillos pálidos. Cómo la señora Carmen, por fin, había quitado la palma seca del balcón, y sus nietos habían invadido la barandilla de banderolas opalinas. Las largas filas de sillas de madera, encadenadas a cada lado, para la cabalgata. Recubiertas de trozos de papel con tachones, mezclados apellidos y minúsculas. Los camiones desprendiendo agua a raudales. Arrastrando los primeros confetis de la mañana. El señor concejal, con su bigote daliniano y su bastón. Llevando un ramo de lilas perladas a la virgen. Las tascas como círculos de humo a la izquierda. Los timbres, los tarareos, expandiéndose sin obstáculos de montañas. Los pasos de una acera a otra; tintineo de tacones negros, platas. Las manzanas caramelo. Los caballitos cartón con luces anaranjadas en los ojos. De la tierra al cielo, atravesados por barras de metal rosa. Bandas musicales recorriendo la tarde purpúrea, la noche azabache en el viento. El amanecer salpicado de dominó y churros. El aceite flotando sobre los tocados. Los cines vacíos, tan solos como la pobre biblioteca ...Hasta que te dormiste. Duermes

Estío

Estación del año que astronómicamente principia en el solsticio de verano y termina en el equinoccio de otoño.

viernes, junio 02, 2006

El próximo lunes

Muy a mi pesar, no garantizo que pueda ir el lunes. Si no voy os echaré de menos