La Cena, de Alfonso Reyes.
Algunas figuras retóricas.
-“Serpientes de focos eléctricos bailaban delante de mis ojos”.
-“Las calles estaban solas”.
Cinestesia. Atribuye cualidades a conceptos que no pueden tenerlas.
-“El caso, además, ofrecía singular atractivo: el tono, familiar y respetuoso a la vez...”.
Epíteto. Adjetivo calificativo que añada una cualidad o la subraya y cuya significación es (por lo general) más subjetiva y ornamental que descriptiva.
-“...Y torreones, solemnes como esfinges en la calzada de algún templo egipcio...”.
Comparación o símil. La comparación retórica exige algo más que meramente la gramatical; exige un término real y otro imaginario con el que el primero es comparado.
-“Aquel lujo frío...”.
Cinestesia.
-“Su silueta se había colorado ya de facciones; su cara me habría resultado insignificante, a no ser por una expresión marcada de piedad; sus cabellos castaños, algo flojos en el peinado, acabaron de precipitar una extraña convicción en mi mente: todo aquel ser me pareció plegarse y formarse a las sugestiones de un nombre.”
Retrato. Une la etopeya (descripción del modo de ser de un personaje) con la prosopopeya (descripción del aspecto físico de un personaje).
-“El salón, como lo había imaginado, era pequeño. Mas el decorado, respondiendo a mis anhelos, chocaba notoriamente con el del vestíbulo. Allí estaban los tapices y las grandes sillas respetables, la pies de oso al suelo, el espejo, la chimenea, los jarrones; el piano de candeleros llenos de fotografía y estatuillas...”
Pragmatografía. Descripción de objetos.
-“Súbitos relámpagos ibsenianos”.
Antonomasia. Sustitución de un nombre común por un desconocido muy definitorios o sustitución de un propio por uno común.
-“Todas las frases comenzaron a volar...”
Cinestesia.
-“Sombras desteñidas”.
Cinestesia.
-“Cruel deleite”.
Oxímoron. Palabras de sentido totalmente opuesto, enfrentadas entre si, llegan a ser semánticamente compatibles en un texto.
-“¿Qué preguntaría?. Quise hablar ¿qué diría?.¿Qué había sucedido junto a mi?. ¿Para qué me habían convidado?”.
Pregunta retórica. Sólo tiene valor enfático. No espera respuesta afirmativa no negativa, pues la lleva implícita.
-“Llevándome por los brazos como un inválido...”
Comparación.
-“Serpientes de focos eléctricos bailaban delante de mis ojos”.
-“Las calles estaban solas”.
Cinestesia. Atribuye cualidades a conceptos que no pueden tenerlas.
-“El caso, además, ofrecía singular atractivo: el tono, familiar y respetuoso a la vez...”.
Epíteto. Adjetivo calificativo que añada una cualidad o la subraya y cuya significación es (por lo general) más subjetiva y ornamental que descriptiva.
-“...Y torreones, solemnes como esfinges en la calzada de algún templo egipcio...”.
Comparación o símil. La comparación retórica exige algo más que meramente la gramatical; exige un término real y otro imaginario con el que el primero es comparado.
-“Aquel lujo frío...”.
Cinestesia.
-“Su silueta se había colorado ya de facciones; su cara me habría resultado insignificante, a no ser por una expresión marcada de piedad; sus cabellos castaños, algo flojos en el peinado, acabaron de precipitar una extraña convicción en mi mente: todo aquel ser me pareció plegarse y formarse a las sugestiones de un nombre.”
Retrato. Une la etopeya (descripción del modo de ser de un personaje) con la prosopopeya (descripción del aspecto físico de un personaje).
-“El salón, como lo había imaginado, era pequeño. Mas el decorado, respondiendo a mis anhelos, chocaba notoriamente con el del vestíbulo. Allí estaban los tapices y las grandes sillas respetables, la pies de oso al suelo, el espejo, la chimenea, los jarrones; el piano de candeleros llenos de fotografía y estatuillas...”
Pragmatografía. Descripción de objetos.
-“Súbitos relámpagos ibsenianos”.
Antonomasia. Sustitución de un nombre común por un desconocido muy definitorios o sustitución de un propio por uno común.
-“Todas las frases comenzaron a volar...”
Cinestesia.
-“Sombras desteñidas”.
Cinestesia.
-“Cruel deleite”.
Oxímoron. Palabras de sentido totalmente opuesto, enfrentadas entre si, llegan a ser semánticamente compatibles en un texto.
-“¿Qué preguntaría?. Quise hablar ¿qué diría?.¿Qué había sucedido junto a mi?. ¿Para qué me habían convidado?”.
Pregunta retórica. Sólo tiene valor enfático. No espera respuesta afirmativa no negativa, pues la lleva implícita.
-“Llevándome por los brazos como un inválido...”
Comparación.
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