miércoles, octubre 29, 2008

Mi nombre y mis propósitos

Doy comienzo a mi andadura en el blog cometiendo dos atropellos; vamos, sin complejos. Y para colmo con una única víctima, común a ambos.

Empecemos por la víctima, que no es otra que Fígaro, alter ego de Mariano José de Larra, maestro de periodistas, cuya estrella brilló con tanta luz como brevedad en la prensa madrileña entre 1832 y 1837.

Prosigamos con los agravios. Consiste el primero en tomar prestada, para rubricar esta columna, la cabecera del periódico por él fundado en 1832 bajo el título de "El pobrecito hablador", si bien el préstamo sólo lo sea a medias, ya que mi natural timidez y el respeto que profeso a don Mariano me han aconsejado no consumar el desafuero, con lo que el hablador no pasa de parlanchín, aunque el conmiserativo pobrecito se mantenga.

También ha pesado en mi ánimo, justo es reconocerlo, mi interés en huir del mal fario que la literalidad de dicha cabecera podría llevar consigo, pues no había cumplido sino unos pocos meses cuando fue suspendida por la censura de la época. Resulta obvio que la autoridad que rige nuestros destinos literarios (bien sabemos de quién se trata y cómo las gasta) ningún parecido guarda con el tenebroso Calomarde, pero mejor no tentar la suerte.

El segundo de los atropellos de que he hecho víctima al ilustre Fígaro es con mucho el más grave de los dos, pues entra de lleno en la categoría del plagio, al apropiarme, que ya no pedir prestado, pues petición tal estaba condenada al fracaso, del título del primer artículo que publicó, el 15 de enero de 1833, tras el cierre de "El pobrecito hablador", en la Revista Española, para colocarlo con criminal desparpajo en el encabezamiento de estas líneas.

Pero es que a la ocasión la pintan calva y se da el caso de que cuando, con el fin de recabar información sobre la ilustre víctima consultaba un ejemplar de sus obras, cayó bajo mi vista el artículo de marras, cosa, por otra parte, nada difícil, pues es el que abre el volumen, y me dije, feliz con mi buena suerte: Qué mejor homenaje al maestro que reproducir el título del artículo en que hizo partícipes a sus lectores de sus motivos para adoptar como nombre de guerra el de Fígaro y de sus intenciones al tomar la pluma, encontrándome yo en el trance de tener que explicar a mi vez unos y otras.
Así que ¿quién dijo miedo?, y heme aquí anunciando que es mi propósito hacer uso de la benevolencia de que la autoridad ( la misma de antes) me ha hecho objeto y dedicar estas modestas aportaciones a glosar cualquier noticia o información que tenga a bien aparecer o ser difundida en los medios de comunicación al uso, a saber, prensa escrita, radio, televisión o cualquier otro que el progreso de los tiempos, que diría Fígaro, nos depare.
Y confío en alcanzar vuestra conformidad si afirmo que este propósito, si noble o no el tiempo y vosotros lo diréis, justifica los agravios que de mi mano ha sufrido don Mariano, pues será difícil encontrar mentor más adecuado si de comentar la actualidad con un punto de sal y pimienta se trata.
Cierto que no puedo garantizar las dosis de originalidad (a la vista está) e ingenio que le hicieron célebre, pero trataré de suplirlas con entusiasmo y aplicación, y espero con ello no terminar encontrándome en la situación, ya anunciada por don Mariano en su artículo, "de gustar poco a unos y disgustar mucho a otros", para la que en resumen él receta no preocuparse, pues queda "siempre el simple recurso de disgustar a los unos y a los otros, dejándolos a todos iguales; y si os motejan de torpe, no os han de motejar de injusto".
Pues eso, la justicia ante todo. Hasta pronto.

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martes, octubre 28, 2008

urbanitas (urbanitatis)

Buenos días: En un primer intento, el entrar a este blog implica, supongo, dar buena impresión a todos nuestros gentiles bloggers. Por una vez vale, sin que sirva de precedente. Soy rígida, una dama de hierro a la madrileña, pero hoy deseo ser dulce, porque empezaremos los temas hablando de la tierna niñez. Me tomé la molestia de documentarme en uno de esos buscadores tan socorridos y, al menos dos frases, para mi primera intervención, estoy obligada a transcribir: los exquisitos modales, las buenas maneras, urbanidad, del latín urbanitas (urbanitatis) son normas que se deben cumplir para lograr una relación cívica en la sociedad, pero hoy día parece que la palabra "urbanidad" ha creado un cierto "halo" negativo. Prestad atención: Un niño educado y respetuoso es un adulto tolerante y cívico en el futuro"
La psicología moderna se niega a entrar en esos sistemas demodés, y menos para nuestras criaturitas. Si teneis nietos o hijos pequeños, ¡¡ojo!! no los roceis, no demostreis severidad y, por supuesto, no oseis castigarlos, menos en plena calle. Los pobres se deprimirían un montón, y a vosotros os podrían tachar de maltratadores. Olvidaros de ese dicho tan repetitivo del arbolito que desde que lo plantan hay que guiarlo cuidadosamente para que no se tuerza, y, con asiduidad y mimo, poco a poco, ir dándole vitaminas adecuadas hasta ver su tronco robusto y sano. ¡No, basta de estupideces! Hay que dejar que la naturaleza lo vapulee para que se espabile por su cuenta y no se haga enclenque. A mí me gusta el campo y los árboles, pero mucho más los niños. A veces he dicho a algún bebé, llevada por la euforia: ¡Yo te como! ¡Cuidadito, amigos, alerta! no permitais que un día estos niños "os coman" a vosotros, ó "se os suban a la chepa" como diría algún joven descerebrado.
Nada de lo dicho. Ni caso. A estos ingenuos pequeñines, no faltaba más. Hay que zurrarles la badana, hombre. Bueno, tampoco es eso, no deis demasíado crédito a mis elucubraciones. En todo caso, a ciertos chiquillos soplagaitas y enredadores, cuando se ponen a incordiar en la sala de espera del dentista y sus educados papás no les leen la cartilla.... alguna colleja que otra...

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jueves, octubre 23, 2008

Travesía feliz.

Hola, soy Tornasol y me encanta dar la bienvenida chateando, aunque soy abstenio y no como el Capitán Hadock que va de melopea en melopea. Ya es hora de que vvenga alguien que se vista por los piés. Ya somos dos. Has llegado en patera, te vigilé desde el planeador que he inventado yo y me dije: Ahí llega otro sufridor, pero no temas, aquí todos y todas te acogeremos bien, no te repatriaremos. Hay un coordinador que no te preguntará si traes papeles o nó -en este rincón hay muchos-
Te dará lecciones de literatura, entre otras cosas, pues el idioma no hace falta enseñártelo porque a mí me consta que lo sabes, incluso mejor que yo. Y perdona si como soy sordo y muy despistado, alguna vez te hago preguntaS un poco absurdas. Ya sabes, cosas de la edad. Bienvenido al taller. TORNASOL.

miércoles, octubre 22, 2008

Bien halladas

Hola chicas, aquí estoy. En realidad ha sido bastante fácil dar con vosotras, pese a todas mis dudas del lunes. Espero ir familiarizándome poco a poco con todos los secretos del blog.

Y como lo nuestro va de libros, me ha parecido apropiado emplear como nombre de guerra el del barco en que el intrépido Jim Hawkins se aventura, siempre bajo las asechanzas de John Silver el Largo, en busca del tesoro del capitán Flint. Estoy seguro de que la travesía será provechosa y espero que menos accidentada que la del bueno de Jim.

Bueno, tan sólo pretendía saludaros y ya está hecho. Como a partir de la semana que viene habrá que acometer mayores empeños, prefiero reservarme, no sin aprovechar cobardemente el parapeto virtual para agradeceros, aunque sea con retraso, vuestra cálida acogida.

Muchas gracias y saludos.

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martes, octubre 21, 2008

Gracias a Manuel Mejía, gran poeta manchego.

Manuel Mejía, poeta y escritor con más de setenta premios en su haber: entre poesías, sainetes de humor, libros de viajes y teatro.
También, se nota, enamorado de lo femenino. Por ese enamoramiento y por su amistad, ha dedicado a las autoras de "DESOLADAS", estos versos:
-I- Cinco pétalos de rosa le dan vida a DESOLADAS
las partes muy acertadas entrenzan esta obra hermosa.
Otro, en el prólogo glosa y abre del libro la puerta,
con su exposición acierta llevándote de la mano
paso a paso,
plano a plano,
por cada relato escrito,
sin prisa, muy despacito haciendo el camino llano.
-II - En el paseo paciente y uno tras otro renglón
me daba la sensación de ir bogando en su corriente.
Por otro lado una fuente con cinco caños veía
su límpida agua vertía cada caño a su manera;
y nacía una reguera que al ver aquélla correr
¡iba aflorando un placer de mi interior hacia fuera!
-III - Me tengo que confesar ante este quinteto unido,
que en sus aguas he bebido
y consiguieron calmar la sed de mi trashumar
realizando la lectura de su albaLiteratura en sus seis relatos bellos,
los cuales con sus destellos
me fueroniluminando,
al paso que yo iba andando
muy a la par cerca de ellos...

Dedicado a Sara Cantó, fundadora de El Mono Rojo, y a las autoras:
Aurora Espiga,
Araceli Fernández,
Paloma García-Atance,
Maribel Sebastián
e Isabel Simón.
Gracias por tu gesto, D. Manuel, artista.