sábado, octubre 31, 2015

A E I O U

Quién sea AE carece de importancia, pues siempre debemos a alguien. Acaso una sonrisa o un gracias, también un lo siento. La elegancia de ceder se ha olvidado en estos tiempos de embajadores leñadores.
Tala fue libro que me hizo reír, pero:

al anochecer me asomo a la ventana
a mirar a los tres chopos
y sólo veo mástiles y no árboles
los tres chopos cercenados con vileza
y sólo las luces vecinas me ciegan

El velo de ramas y hojas todavía yace en el suelo
su último hálito lo siento inerme
ahora que llueve dentro de mi cabeza
no me sosiegan las hojas bailarinas

¿Quien anunciará las estaciones?
¿Dónde volarán los pájaros amigos?
El viento buscará otro recodo para susurrar a los solitarios
ahora que las alas se han llevado a los ángeles

Al anochecer les cantaré nanas a los tres chopos
para aliviarlos del frío y la vergüenza
y les narraré cuentos de santísimas trinidades
para desvanecer el desgarro antes del sueño


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sábado, diciembre 13, 2014

Proteo, Ketos, Leviathan,Behemoth,diluvia y ella fue la virgen de Hodges Figgis y ese pie yo desengaño,ja, desarmo



y al cerrar los ojos la llovizna maquilla mi alma
y escucho el rugir del dios de otros
y el lodo marino cruje
y le digo no gimas

yo estuve aquí entre las páginas

y no los abras
y huele las epifanias de las meretrices de Howth
de las matronas del sur

el viento susurra palabras
 y me convierto en furia
epifanías que huelen a ahogado

arrecia y me engulle
entender sin entender
engendrado no creado
de la misma naturaleza que el padre

oscura y pastosa tu arena
no soy de aquí pero si
por quien todo fue hecho
ítaca pulsas
que por nosotros los seres
bajó del cielo

 y las torres rojas y blancas no estaban en los poemas
y algo flota sobre el agua
y será el  Pool Beg

y espanto a los pájaros negros
y el faro será mi amigo
por los siglos
y se rompen las conchas
de los siglos

y lo visible y lo invisible
ineluctable


suena el gong
  



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sábado, noviembre 22, 2014

El salón de los pasos perdidos. Madrid, 21 de noviembre de 2014.


Una lluvia de hojas amarillas sembró mi ánimo matutino de esperanzas.
La cita era a la una, y más de una vez había eludido el acto.
Prefiero recoger el diploma en la secretaría, le había dicho a un amigo, sin solemnidades.

Sin cobardías, me prometí una tarde de galerna semanas después, honrarás a vivos y muertos.
Le dirás adios a los pasos perdidos, me decía mientras pisaba los charcos del Paseo de la Castellana. Premoniciones, las de siempre, entre los juncos del alma algo flota sobre el agua.

Y a la una entramos por la Plaza de París, familiares y amigos, y dejé que el hombre me abrochara la toga, y atravesé la biblioteca hasta llegar al salón de actos, y lei mi nombre en una butaca y levanté la vista, sí ya les han sentado, me tranquilicé, y mamá decepcionada por no estar a mi lado.

Y las togas negras danzaban al ritmo de apellidos y aplausos, y en cada hálito recordé errores y aciertos, espejismos de décadas, el carro de los muertos ha pasado por aquí, llevaba la mano fuera por eso la conocí. 
Y en cada latido pensaba en mi amiga, y tus pasos no se perderán porque siempre serán los mios, hasta que atraviese el salón y todo no importe.

Motivos florales dorados, butacas de terciopelo rojo, suntuosidad en la última instancia.
Sólo somos reos de nosotros mismos.

Y la luz iluminaba las vidrieras modernistas. Motivos masónicos y hazle una foto aqui, insistía.

 Y la joven robusta de seguridad impide el paso al Salón de los Pasos Perdidos, no importa, le digo a mamá. Los pasos de las novicias resuenan en la cripta, pero deja de pensar en los muertos, y hazte una foto en el patio.

Ocres y rojos tapizaban la Plaza de Paris.


A la magistrada María José Bernal. In memoriam.


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viernes, julio 04, 2014

Astromelias y granizos

Las calles estaban cubiertas de hojas sucias y ramas rotas. Las hortensias yacían decapitadas en los jardines de las casitas de ladrillo y ventanas de  aluminio. Quiero y no puedo. Y la cuesta se hacía más pesada de lo imaginado, quién iba pensar que el sol quemara después de lo de ayer, pero ya era tarde para regresar al coche. Un lugar cercano, pero feo. Compraría las astromelias en la floristeria de la mujer huraña, esa mujer que con el tiempo se había vuelto más dejada, tanto que las plantas mustias se repartian sin orden por anaqueles oxidados y llenos de polvo. 

Antes no hacia falta  llamar al timbre y esperar más de un minuto largo a que la mujer saliera de la casa de detrás de la tienda. Cómo la tendrá. Todo el mundo ha envejecido mal en estos tres años, sobretodo algunos. Y qué hace esa zapatilla ahí en medio. "Toque el timbre y espere que salga". Y si no quiero. Y si me voy. Pobres petunias sin agua, pobres orquideas sin guía. Debe tener mi edad. El padre me daba pena, no sabia ni hablar. El pobre se esforzaba. Murió. He adelgazado y eso que el cristal hace más gorda. No me debía haber puesto este jersey. Parece que ya viene. Por fin. 

- Las quiere algo abiertas. 
- Blancas y cerradas, por favor. 
- Estarán en agosto? 
- Depende de los médicos, pero los domingos de julio me voy al pueblo, a la fresca. 

Pelo remolacha y ropa de todo a cien. Ojos llenos de energía. Pero en tres años pasa la vida y algo más.

- Claro, hace mucho calor. 
- El tiempo está loco, menuda faena, el granizo me ha destrozado todo. 
- Qué pena, ahora recuerdo el invernadero que me enseñó su padre. 
- Venga y verá. 

Cruzar la puerta, bajar la escalera, ruedas, basura, macetas anegadas y pétalos ajados  esparcidos por los bancos de piedra. Al fondo el invernadero con los cristales rotos. En un invernadero quisiéramos vivir todos, le dije al padre. Si usted lo dice, me contestó con una sonrisa forzada. Para resguardarnos de la intemperie. Si usted lo dice. 

- No se preocupe, que el seguro le pagará las pérdidas. 
- Los del Consorcio, menuda gentuza. 
- Todo irá bien.
- Manolo, el chico de los cupones, me ha roto el corazón. Cuando los vecinos le han contado lo que me pasó, vino y me ha regalado un billete de rascar, de esos de dos euros.
- Qué detalle.
- Todavía se me pone la carne de gallina. Los del Consorcio dirán que todo está viejo.
- Acaso, si recogiera algo la tienda daría la impresión de un negocio más dinámico.
- La quimio me quitó las ganas de todo. Qué chico ese Manolo.
- Sí, un gesto muy bonito.
- Los del seguro nunca quieren pagar. Pero esto son docemil, por lo menos. 

El padre estaba tan orgulloso del invernadero.

- No recuerdo su nombre, he estado fuera tres años.
- Teresa
- Teresa, cuánto te debo?
- Doce
- Te dejo quince.
- Pero, por favor.
- Es sólo un gesto.
- Bueno, gracias.
- No quiero ser menos que el chico ciego.


Copyright

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jueves, abril 17, 2014

¡Ay! primaveras

¡Ay! primaveras

Arruyos de amores

Las mensajeras



Arruyos de amores

los picaflores

los corazones


Pido disculpas al maestro Barthes


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lunes, diciembre 31, 2012

Madrid 2012


La niebla espesa y húmeda ha caído sobre Madrid hace tres noches. Los madrileños desde las cañas y las tapas la combaten a voces. Ya me he habituado a los gritos y lejos de criticar considero que es una forma zen de espantar a los miedos. Recuerdo que Chisi me contó que un monje japonés le limpió la casa de espíritus molestos. El monje recorrió las habitaciones  dando gritos y palmas y los espíritus escondidos entre los libros huyeron por las ventanas. Los madrileños del no pasarán y los de pasad que os estamos esperando gritan al unísono feliz 2013. Chisi murió hace años pero su hija es una niña sabia que continua la tarea de traducir que su mamá le enseñó. Chisi cuida de nosotros allí donde estés. FELIZ 2013.

La niebla no entiende de amistades, por eso se cernía sobre nosotros anoche camino de la casa de Alfredo. Los amigos tan añorados en Dublín se arremolinaban alrededor de la chimenea, qué frío, qué niebla, qué alegría todos juntos de nuevo. Luego del champán el volumen subió de Adaggio  a Molto Allegro. Chistes y risas se alternaban con nombres de ausentes y críticas aquellos que no nos quisieron, pero al nombrarlos las malas obras se esfumaban como los espíritus molestos de las librerías de la casa de Chisi. “Nadie es un fracaso si tiene amigos”, le escribió el ángel a George Bailey, el protagonista de Capra. “Nadie es un fracaso si tiene amigos”. Los exiliados sentimos a los amigos. FELIZ 2013

La niebla humedece las hojas de Las Aventuras de Hukleberry Finn, arrugadas amarillean. La niebla humedece también el salto de cama. Tiemblo como en Dublín. Pero es el último día y conduzco alocada hacía la peluquería de Emilia Martín, ella en el desierto y yo con estos pelos. Las ondas se deshacen con la humedad a pesar del chocolate y roscón de amigas en Mamá Framboise. Fernando Sexto lleno de gente: de las merluzas y pescadillas a las uvas. El sol empuja a la niebla. “Sí, un rayito, por favor” antes de entrar a Antonio Machado. Dos libros: “La Guerra de Sucesión de España (1700-1714)”, de Joaquim Albareda Salvadó y “Rictus. Barcelona 1714”, de Albert Sánchez Piñol. Sólo sé que no sé nada. Me encuentro a Gáspar con Alicia, ambos en el país de las maravillas. Sólo sé que quiero a mis amigos, presentes algumos y ausentes otros. Sólo sé que a pesar de mis puñetas quiero a los madrileños y a su vocerío al que uno mis palabras: FELIZ 2013.

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