lunes, diciembre 31, 2012

Madrid 2012


La niebla espesa y húmeda ha caído sobre Madrid hace tres noches. Los madrileños desde las cañas y las tapas la combaten a voces. Ya me he habituado a los gritos y lejos de criticar considero que es una forma zen de espantar a los miedos. Recuerdo que Chisi me contó que un monje japonés le limpió la casa de espíritus molestos. El monje recorrió las habitaciones  dando gritos y palmas y los espíritus escondidos entre los libros huyeron por las ventanas. Los madrileños del no pasarán y los de pasad que os estamos esperando gritan al unísono feliz 2013. Chisi murió hace años pero su hija es una niña sabia que continua la tarea de traducir que su mamá le enseñó. Chisi cuida de nosotros allí donde estés. FELIZ 2013.

La niebla no entiende de amistades, por eso se cernía sobre nosotros anoche camino de la casa de Alfredo. Los amigos tan añorados en Dublín se arremolinaban alrededor de la chimenea, qué frío, qué niebla, qué alegría todos juntos de nuevo. Luego del champán el volumen subió de Adaggio  a Molto Allegro. Chistes y risas se alternaban con nombres de ausentes y críticas aquellos que no nos quisieron, pero al nombrarlos las malas obras se esfumaban como los espíritus molestos de las librerías de la casa de Chisi. “Nadie es un fracaso si tiene amigos”, le escribió el ángel a George Bailey, el protagonista de Capra. “Nadie es un fracaso si tiene amigos”. Los exiliados sentimos a los amigos. FELIZ 2013

La niebla humedece las hojas de Las Aventuras de Hukleberry Finn, arrugadas amarillean. La niebla humedece también el salto de cama. Tiemblo como en Dublín. Pero es el último día y conduzco alocada hacía la peluquería de Emilia Martín, ella en el desierto y yo con estos pelos. Las ondas se deshacen con la humedad a pesar del chocolate y roscón de amigas en Mamá Framboise. Fernando Sexto lleno de gente: de las merluzas y pescadillas a las uvas. El sol empuja a la niebla. “Sí, un rayito, por favor” antes de entrar a Antonio Machado. Dos libros: “La Guerra de Sucesión de España (1700-1714)”, de Joaquim Albareda Salvadó y “Rictus. Barcelona 1714”, de Albert Sánchez Piñol. Sólo sé que no sé nada. Me encuentro a Gáspar con Alicia, ambos en el país de las maravillas. Sólo sé que quiero a mis amigos, presentes algumos y ausentes otros. Sólo sé que a pesar de mis puñetas quiero a los madrileños y a su vocerío al que uno mis palabras: FELIZ 2013.

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