jueves, mayo 15, 2014
Pensar en Quenau es hacerlo en la fuerza incendiaria de la risa. Y pensar en Sally Mara, su heterónimo o pseudónimo (como ustedes prefieran), es evocar la genialidad humorística de las Obras Completas que ella escribió. ¡ Oh Sally Mara de los sueños tantos! ¡Cuántas veces me pregunté qué habría sido de tí, irlandesa de 1.68 de altura, pelo corto a lo garçon, 63 kilos! Hasta que un día te conocí, en el París de los años setenta. Ibas con tu nuera y me sorprendió porque no te imaginaba con hijos. Continuabas pesando 63 kilos y te parecias bastante a Queneau. Te pregunté si recordabas haber nacido el día de la independencia de tu país. Y sonresite. Claro que te acorabas, como también de que ese día los revolucionarios se entendían con la contraseña más literaria que ha existido nunca: ¡Finnegans Wake! Enrique Vila-Matas
lunes, mayo 12, 2014
El Criterio, de Jaime Balmes. Agradecidos a Ignacio Gómez de Liaño
El pensar bien consiste: o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos en error. Conociendo que hay Dios conocemos una verdad, porque realmente Dios existe; conociendo que la variedad de las estaciones depende del Sol, conocemos una verdad, porque, en efecto, es así; conociendo que el respeto a los padres, la obediencia a las leyes, la buena fe en los contratos, la fidelidad con los amigos, son virtudes, conocemos la verdad; así como caeríamos en error pensando que la perfidia, la ingratitud, la injusticia, la destemplanza, son cosas buenas y laudables. Si deseamos pensar bien, hemos de procurar conocer la verdad, es decir, la realidad de las cosas. ¿De qué sirve discurrir con sutileza, o con profundidad aparente, si el pensamiento no está conforme con la realidad? Un sencillo labrador, un modesto artesano, que conocen bien los objetos de su profesión, piensan y hablan mejor sobre ellos que un presuntuoso filósofo, que en encumbrados conceptos y altisonantes palabras quiere darles lecciones sobre lo que no entiende.
http://espanol.free-ebooks.net/ebook/El-Criterio/pdf/view
domingo, mayo 11, 2014
Los amigos de Eugenia y Gemma (II).
Era el mismo sol, la misma luz, sobre la misma calle. Todos humeábamos alegría... Espero que Camus me perdone. Carlos García-Alix, Madrid-Moscú, nos contó que pronto expondría en la Casa del Lector en el Matadero, lugar que debo visitar, pero no sé cuando. Era el mismo sol el que nos empujaba a la sombra, el que nos llevó a los tres a la Mondo, Mariana Laín y nosotros dos observábamos las fotos de Man Ray: las vistas del espíritu. Otra copa de vino y más encuentros.
Sean MacKaoui vestía sombrero para protegerse del ardor del sol, te llamaré el martes, le dije. Y me voy porque es el cumpleaños de mi hija. Y lo vimos alejarse San Mateo arriba.
Y Andrea Santolaya le había cedido la maquina de fotos a su padre, y Checho se convirtió en el Mapplethorpe que todos necesitamos.
Era el mismo sol y la misma generosidad de antaño. Gemma nos narraba historias de Costus a la vez que veíamos las fotos de los dos pintores inefables.
Hay días que tienen pulsión de ser, días que nacen para que los amigos se encuentren en soles y umbrías.
Feliz domingo
Los amigos de Eugenia y Gemma. Ayer en Vuela Pluma
Hay días que tienen pulsión de ser, días que nacen para que
los amigos se encuentren en soles y
umbrías. Ayer, sábado, los amigos convocados por Eugenia Niño y Gemma de
Suñer acudimos a Vuela Pluma, para que Javier de Juan nos contara que los
dioses, cansados de montañas y verdores, habían abandonado el Olimpo y se
habían escondido en un bar de Madrid. Javier de Juan rueda una película que no
se titulará la ciudad invisible, pues
visibles son para todos el chico de la vespa y las mujeres de barras doradas bebiendo
daiquiris. Óleos y dibujos de las escenas de la película que ya es la película
de los que estábamos allí.
Entrábamos y salíamos de Vuela Pluma con el vino en la mano y asustados
por el sol nos protegíamos en la sombra del muro del convento, iluminados por
las tinieblas de los recuerdos. Luego, volvíamos a entrar y salir y en eso le preguntamos a
Ignacio Gómez de Liaño qué pensaba de los silencios e Ignacio nos llevó a
qué es el criterio y a El Criterio, de Jaime Balmes: el pensar bien consiste, ó en conocer la verdad, ó en dirigir el
entendimiento por el camino que conduce á ella. La verdad es la realidad de las
cosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamos la verdad; de otra
suerte, caemos en error… Dentro y fuera, sol y umbría
Y San Lucas vio bajar a Valeriano Bozal, el padre de Amaya,
como le gusta que lo llamemos. El sabio Valeriano Bozal entró a saludar a
Eugenia y casi a la vez Lorenzo Caprile salía con la cajetilla de tabaco desenfundada. Le
dimos la enhorabuena por llenar de glamour los Ocho apellidos vascos, pues el traje de la novia vasca había
sido diseñado en su taller…
Continuará