domingo, mayo 11, 2014

Los amigos de Eugenia y Gemma. Ayer en Vuela Pluma

Hay días que tienen pulsión de ser, días que nacen para que los amigos se encuentren en soles y  umbrías. Ayer, sábado, los amigos convocados por Eugenia Niño y Gemma de Suñer acudimos a Vuela Pluma, para que Javier de Juan nos contara que los dioses, cansados de montañas y verdores, habían abandonado el Olimpo y se habían escondido en un bar de Madrid. Javier de Juan rueda una película que no se titulará la ciudad invisible, pues visibles son para todos el chico de la vespa y las mujeres de barras doradas bebiendo daiquiris. Óleos y dibujos de las escenas de la película que ya es la película de los que estábamos allí. 

Entrábamos y salíamos de Vuela Pluma con el vino en la mano y asustados por el sol nos protegíamos en la sombra del muro del convento, iluminados por las tinieblas de los recuerdos. Luego, volvíamos a entrar y salir y en eso le preguntamos a Ignacio Gómez de Liaño qué pensaba de los silencios e Ignacio nos llevó a qué es el criterio y a El Criterio, de Jaime Balmes: el pensar bien consiste, ó en conocer  la verdad, ó en dirigir el entendimiento por el camino que conduce á ella. La verdad es la realidad de las cosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos en error… Dentro y fuera, sol y umbría

Y San Lucas vio bajar a Valeriano Bozal, el padre de Amaya, como le gusta que lo llamemos. El sabio Valeriano Bozal entró a saludar a Eugenia y casi a la vez Lorenzo Caprile salía  con la cajetilla de tabaco desenfundada. Le dimos la enhorabuena por llenar de glamour los Ocho apellidos vascos, pues el traje de la novia vasca había sido diseñado en su taller…


Continuará