jueves, mayo 26, 2011

María Zambrano.Cartas al pintor Juan Soriano

Roma 29 de diciembre de 1958
Piazza del Popolo 3




Ya tus ojos, Juan, se asomaron a la Plaza, tus ojos de animal herido por la luz. Por eso yo te quise enseguida y creo que te querré siempre. Digo "creo"por "prudencia fenomenológica"y también porque es "humano, humanísimo"descuidar a quien nos creemos nos querrá siempre.Mis afectos no son tan hondos ni tan claros-tan sin equívoco-que constituyen una, una tan solo de las razones que mueven a las personas amigas a descuidarme y hasta a...pues los creen inamovibles. Y a mí me han dado ganas de decirles: mira, no es así; si así sigues, un día ya no me sentiré cerca de ti como ahora y ese día, aunque en mí no pienses, un hueco, una desolación se abrirá en tu ánimo.Pues no es necesario que echemos de menos algo para que nos falte.






Yo a ti te echo de menos y me faltas.Muchas tardes te entreveo por aquí y casi me entran deseos, impulsos de prepararte una taza de té o de decirte "vamos, Juan, a ver la luz del poniente, mira que rosa increible".Pues contigo yo tenía libertad para esto, como recordarás.






Me conmovió tu carta y el llanto subterráneo.Y esa especie de historia aceptada que tan cuerdamente aceptas. Siempre te vi caminando hacia la cordura, lo que en mis labios o manos es un alto elogio o apreciación.Pues yo en locuras no creo.Creo, sí, en el inicial delirio inagotable.Y ese espero que renacerá en ti siempre, que te abrasará siempre para que de él renazcas...

Etiquetas: