domingo, febrero 15, 2009

BRAVO, SIGNORE ENGLARO


Por fin ha terminado el lamentable episodio que ha tenido por protagonista pasiva a Eluana Englaro y lo ha hecho, en mi opinión, de la mejor manera posible. Resulta paradójico que pueda calificarse de “mejor” a algo que ha terminado con la muerte de una persona, en este caso una mujer de 38 años de edad, de los que los 21 últimos habían transcurrido en estado vegetativo. Si utilizo ese término es porque considero que la forma en que ha concluido el asunto es la más compasiva para los afectados, esto es, para Eluana y su familia, y pienso que la compasión es, en su sentido de compartir el dolor con quién lo sufre, el único sentimiento a nuestro alcance en un caso como éste.

Ríos de tinta han corrido en las últimas semanas sobre el particular; muy diversos han sido los puntos de vista desde los que se ha tratado como también lo han sido las opiniones y argumentos utilizados en los medios de comunicación. No es mi intención volver sobre ellos. Pero sí hay un aspecto que quiero destacar y que no he visto ni oído que haya sido objeto de comentario en las encendidas polémicas que se han suscitado.

Nos hemos acostumbrado a lo largo de estas semanas a ver en prensa y televisión la sonrisa radiante y luminosa de ese estudiante de 21 años que era Eluana poco antes de quedar reducida al estado de coma en que ha permanecido tanto tiempo. Las denominadas asociaciones “pro vida” - ¿qué tendrá que ver la vida con el estado de Eluana?, me pregunto yo – han hecho un uso machacón de esas imágenes, sabedoras del partido que para su posición podían sacar de ellas, de esa representación de vida y energía que irradiaban, como diciendo: “esto es lo que quieren matar”.

Obviamente no conozco a los padres de Eluana, tan sólo he leído una entrevista hecha recientemente al padre, de la que he sacado la conclusión de que es un hombre de un temple y una coherencia fuera de lo común. Y ciertamente hay que ser de una pieza para no haber cedido a la tentación de utilizar en la agotadora lucha que ha mantenido un recurso fácilmente a su alcance y que hubiera resultado demoledor para las campañas desatadas en su contra. Me refiero a hacer pública una foto de su hija que reflejara su estado real: una mujer de casi 40 años, inconsciente, alimentada e hidratada artificialmente desde hace 17 años y conectada por un sinfín de tubos a una máquina. Es más que probable que si esa imagen hubiera sido del público conocimiento, “il cavaliere” hubiera perdido parte del súbito y postrero interés que mostró en el asunto. ¿No creéis?

Pues pese a ello y pese al mal cariz que el asunto llegó a tomar, el Sr. Englaro no cayó en la tentación, sin duda por el deseo de no ver violada aún más la intimidad de Eluana, y prefirió seguir luchando con las demás armas a su alcance que no le violentaban ni a él ni a su hija.

Bravo, signore Englaro.

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3 Comments:

Blogger peter pan said...

Comparto el contenido desde la primera letra hasta la firma. No es muy literario pero es.

12:27 a. m.  
Blogger Tornasol said...

-Abogadooo, ¡tú eres buenooo!
TORNASOL.

11:56 a. m.  
Blogger peter pan said...

G R A C I A S

12:20 a. m.  

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