La fórmula preferida del Profesor.
Otra semana menos. Ya soy muy viejo, por eso me he identificado tanto con el inigualable Profesor de Yoko Ogawa, y además también me gustan las matemáticas, no tanto como a él, por supuesto. Me dice mucha gente: Tornasol, ¿por qué no cambias ya de abrigo, hombre de Dios? ¿Cambiaríais vosotros de chaqueta? no, ¿verdad? El Profesor aunque parece despistado -él no tiene la culpa-, no posee un pelo de tonto.
Su abrigo es parecidísimo al mío. No nos lo quitamos ni para dormir. A parte de estar muy calentitos, -ya no tenemos las calorías de la gente joven-, es nuestro caparazón impenetrable. Nos escondemos, cuello encogido, bajo su forro y los periodistas no nos persiguen. Aunque no lo sospecheis, tanto el Profesor de la asombrosa fórmula, como un servidor, somos famosos y odiamos la Prensa Rosa. Yo soy feliz sólo con mis amigos Tintín, capitán Haddock, Hernández y Fernández y la Castaffiore y el otro, ó sea El Entrañable Profesor, sí el de "La Fórmula preferida del Profesor" está agustísimo con la asistenta y su hijo Root, bautizado por el sabio, como "Raiz Cuadrada" TORNASOL.
Su abrigo es parecidísimo al mío. No nos lo quitamos ni para dormir. A parte de estar muy calentitos, -ya no tenemos las calorías de la gente joven-, es nuestro caparazón impenetrable. Nos escondemos, cuello encogido, bajo su forro y los periodistas no nos persiguen. Aunque no lo sospecheis, tanto el Profesor de la asombrosa fórmula, como un servidor, somos famosos y odiamos la Prensa Rosa. Yo soy feliz sólo con mis amigos Tintín, capitán Haddock, Hernández y Fernández y la Castaffiore y el otro, ó sea El Entrañable Profesor, sí el de "La Fórmula preferida del Profesor" está agustísimo con la asistenta y su hijo Root, bautizado por el sabio, como "Raiz Cuadrada" TORNASOL.
2 Comments:
Agradezco a D. Javier el comentario y acertada crítica sobre el libro del Profesor. Yo ya me encandilé con él sobre la mitad de su lectura, no como Tornasol, sino como alumna de El Mono Rojo, y le colgué cuidadosamente en su chaqueta mi declaración de amor.Muchas gracias por la atención.
Tornasol.
Agradezco a D. Javier el comentario y acertada crítica sobre el libro del Profesor. Yo ya me encandilé con él antes de la mitad de su lectura, no como Tornasol, sino como alumna de El Mono Rojo, y le colgué cuidadosamente en su chaqueta mi declaración de amor. Confío que en sus ratos lúcidos haya reparado en ella. Muchas gracias por la atención. Tornasol.
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