lunes, diciembre 01, 2008

De oca a oca.

Buenos días nos dé Dios: Ya os diré el porqué de este saludo tan ceremonioso. De momento quiero reivindicar las Buenas Maneras. Esta tarde he estado
tomando lecciones de literatura. He aprovechado bastante, como casi siempre, pero lo
que más me "flipa" son las Buenas Maneras conque me obsequian las personas que me
acompañan y de las que tanto aprendo. Echo de menos a dos, la verdad, pero todo no
puede ser perfecto. Ala, ala, guardaros el pañuelo. No pretendía haceros llorar.
Y ahora, "De oca a oca y tiro porque me toca". Como va de peques, creo que esto no desentona demasíado. El saludo de hoy es típico y usual de los pueblos y todavía lo
dicen las viejas del lugar. Yo me dirijo así a vosotros porque las buenas maneras que tocan hoy están dedicadas a los lugareños que se acerquen a este modesto blog. Quizás sean bastantes. Últimamente, según he visto en los medios de comunicación, la tecnología ha llegado a sitios insospechados y remotos, incluso a personas de edad avanzada, aunque escriban con faltas de ortografía. La computadora mágica se encargará de corregirlas. Creo que seré breve porque no recuerdo ninguna anécdota especial sobre el tema a tratar. Pero sobre todo, seré tajante. Padres pueblerinos:
Dejad que los niños vayan a la escuela todos los días. No sólo los niños del Tercer Mundo hacen trabajos de los mayores, aquí en España, también se da muchos casos en
que los mozalbetes faltan al colegio para ir a varear aceituna, esbrinar la rosa del azafrán, a la recogida de la fresa, ó a la vendimia. No los lleveis a vendimiar en edades tempranas, pues a este paso, llegarán a ser un día tan tontos como el pobre Abundio que fue a vendimiar y llevó uvas de merienda. Sólo por coger unos cuantos euros extras que, la mayoría de las veces, a los campesinos de hoy día no les hace tanta falta. Por favor, amigos del campo, las Buenas Maneras las aprenderán los chiquillos cultivándose en el colegio, no en el melonar, ni oyendo al pastor en esos terrenos de Dios, decirles piropos a sus ovejas cuando se desmandan. Cuando vuestros espabilados chiquillos sean más mayores, si no se llevan bien con las letras o con los números, ya elegirán ellos el oficio que les guste. No hay que ser ingeniero para salir adelante en la vida, pero por lo menos adquirir unos principios y una educación mínima que les ayude a respetar a los demás y sobre todo, a ellos mismos.

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