lunes, diciembre 01, 2008

Contrario al orden de la naturaleza

De nuevo domingo por la mañana. De nuevo voy mal y tarde. Con el pensamiento lleno, si es que el pensamiento se puede llenar, por una voz a la que podríamos definir como narrador homodiegético que me dicta, no susurra, intradiegéticamente (ignoro si la palabra existe, pero reconozco que mi diccionario de texto tampoco reconoce la primera por más que le doy a “añadir a diccionario”). Para colmo es deficiente, me refiero al narrador, es decir “la confusión y el desconocimiento me invade y como el resto de los personajes que me rodean en la que desafortunadamente está siendo mi vida/relato este fin de semana, me muevo sin tener muy claro a dónde me conducirá todo esto que me rodea”. Añadamos que además es narrador infidente, como por otra parte no podría ser de otra forma, y no es porque sea un perturbado o loco, no, no el narrador está muy cuerdo, pero no quiere que llegue a conocer lo que tan celosamente guarda. Miedo me da.

La mañana avanza y en ella me he encontrado con “los monstruos de siempre” que han llegado a través de las ondas, que se decía antes, es decir por la radio. Monstruos que existen, alimentados por nuestro propio miedo. Monstruos tan antiguos como nuestra memoria. La Mujer Pantera, El Hombre Lobo, Frankenstein, Drácula, grandes seres monstruosos todos ellos. En el fondo hasta les tenemos un cierto aprecio, un cierto cariño pues vemos reflejado en ellos ese lado oculto de todos y cada uno de nosotros, esa cara que nunca enseñamos. Yo creo que en cierto modo todos somos un poco lunáticos, entendiendo por lunático la evidente no visión del otro lado, ese que nunca vemos iluminado por el sol, pero que todos, todos sabemos existe. No me nieguen los pobladores del blog las ganas que más de una vez han sentido de soltar un buen zarpazo en algún un momento, si digamos sin rodeos un buen zarpazo. Monstruos, Ogros que nunca han sido verdes ni tenían Fionas a su lado, Cíclopes, EL Hombre del Saco, Tragaldabas. Parece ser que ahora esto de “los monstruos” no se lleva. Si nos paremos a ver es cierto. Ahora nadie les habla a los niños del monstruo Tragaldabas y La Mujer Pantera es una película en blanco y negro, ¡¡que horror blanco y negro!! Pero no nos engañemos el miedo es consustancial al hombre y creo que es lo primero que el ser humano siento, incluso antes de nacer. El miedo reconocido en nosotros y por lo tanto admitido nos llevará a ser prudentes. Antiguos como nuestra existencia los miedos nos acompañan queramos o no y cuando en ocasiones el hombre se empeña en ignorarlos se coloca muy cerca de la locura y del caos. Es entonces que la capacidad del ser humano para lo monstruoso aumenta hasta llegar al infinito.

EL hombre vestido de azul que el 26 de noviembre empuñaba una metralleta en la estación de tren era un hombre sin miedo. Un monstruo. La acción que llevó a cabo fue monstruosa como monstruosa fue la imagen de ese anciano que vestido de blanco se apoyaba soldado y atravesaba unos minutos después el andén de esa estación. En su camino sortea zapatos sin dueño esparcidos por el suelo y maletas y bultos abandonados a toda prisa bordeando con cuidado los numerosos charcos de color rojo que salpican todo el suelo.


Contrario al orden de la naturaleza: monstruoso/a
(Diccionario de la Lengua Española)

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1 Comments:

Blogger palimpsestos said...

Más miedo nos dan cuanto más se nos asemejan! Nos reconocemos en los monstruos. Lo malo es que a veces ni encendiendo la luz los ahuyentamos.

9:49 a. m.  

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