De puentea puente y tiro porque me lleva la corriente
Muy buenas: Este saludo lo airea una amiga y compañera y siempre cae muy bien.
¿a quién de vosotros no le ha llevado alguna vez la corriente? Cuando éramos adolescentes, yo diría que a todos. Hemos navegado por aguas pantanosas y a ratos,
turbulentas, aguas que nos han empujado al abismo.Algunos por suerte, han encontrado
una rama gruesa, un tronco al que se han agarrado, no sin dificultad, y han podido evitar la catástrofe. Los amigos que han seguido esa trayectoria, han acabado mal,
lógicamente. Para intentar que nuestros hijos no se ahoguen hay que hablar con ellos.
No sé si alguna vez escuchasteis a nuestro internacional cómico Super Gila. Uno de
sus aplaudidos gags era más o menos así:"En mi casa sobre todo,ha habido comprensión
mi padre, si alguno de mis hermanos o yo llegábamos a deshora, o hacíamos ciertas
barrabasadas, nos sentaba alrededor de la mesa, comenzaba a explicarnos con tacto lo mal que le parecían esas picias, y acto seguido, se liaba a tortas con la concurrencia. Ahí había diálogo, amigos, había cariño". Esto eran las bromas de los
pueblos, de nuestro inmortal Gila. Yo nunca haría alarde de estos métodos tan convincentes. Por el contrario, sí quiero que entendais que debemos sentar a nuestros
hijos alrededor de la mesa,con muy buenas maneras, de forma distendida, alegre, con la televisión de fondo,y, al poder ser, con villancicos como hilo musical. Estamos casi en Navidad, debemos ser complacientes. Siempre os digo que no me gusta dar consejos, pues los jóvenes los odian, pero esta vez por honrar estas fechas, haré una excepción: "Amigos, con los hijos hay que ser ¡TOLERANTES!, ¡AMANTES!, ¡IMPRESIONANTES!,¡DADIVOSOS!, ¡Ah, perdón! me he confundido de adjetivo y de terminación. A ver si la próxima vez estoy más acertada.
¿a quién de vosotros no le ha llevado alguna vez la corriente? Cuando éramos adolescentes, yo diría que a todos. Hemos navegado por aguas pantanosas y a ratos,
turbulentas, aguas que nos han empujado al abismo.Algunos por suerte, han encontrado
una rama gruesa, un tronco al que se han agarrado, no sin dificultad, y han podido evitar la catástrofe. Los amigos que han seguido esa trayectoria, han acabado mal,
lógicamente. Para intentar que nuestros hijos no se ahoguen hay que hablar con ellos.
No sé si alguna vez escuchasteis a nuestro internacional cómico Super Gila. Uno de
sus aplaudidos gags era más o menos así:"En mi casa sobre todo,ha habido comprensión
mi padre, si alguno de mis hermanos o yo llegábamos a deshora, o hacíamos ciertas
barrabasadas, nos sentaba alrededor de la mesa, comenzaba a explicarnos con tacto lo mal que le parecían esas picias, y acto seguido, se liaba a tortas con la concurrencia. Ahí había diálogo, amigos, había cariño". Esto eran las bromas de los
pueblos, de nuestro inmortal Gila. Yo nunca haría alarde de estos métodos tan convincentes. Por el contrario, sí quiero que entendais que debemos sentar a nuestros
hijos alrededor de la mesa,con muy buenas maneras, de forma distendida, alegre, con la televisión de fondo,y, al poder ser, con villancicos como hilo musical. Estamos casi en Navidad, debemos ser complacientes. Siempre os digo que no me gusta dar consejos, pues los jóvenes los odian, pero esta vez por honrar estas fechas, haré una excepción: "Amigos, con los hijos hay que ser ¡TOLERANTES!, ¡AMANTES!, ¡IMPRESIONANTES!,¡DADIVOSOS!, ¡Ah, perdón! me he confundido de adjetivo y de terminación. A ver si la próxima vez estoy más acertada.
Etiquetas: Buenas maneras
1 Comments:
Querido Tornasol,
La teoría está pero que muy bien. Conoceras el famoso dicho "cuando son pequeños te los quieres comer, cuando son mayores te arrepientes de no habertelos comido". También es teoría, de las llamadas tolerantes. Y no hay forma de llevarla a acabo por más que quieras, como la tuya. Los hijos solo entienden a los padres, cuando los convierten en abuelos, así que de las teorías te acuerdas demasiado tarde.
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