lunes, marzo 16, 2009

Los tres.



Un trabajo que se tenía que terminar esta mañana ha decido, me refiero al trabajo, que en ocasiones parece tener vida propia, que no es así. Su determinación hace que hoy también duerma en Barcelona, ciudad, por otra parte, que me gusta y en la cual me encuentro muy bien y en la que llevo desde el sábado. Adelanté la llegada para poder volar en la mañana o bien en el día de hoy. Pero él, el trabajo, es terco y no, no volaré. Digamos en su descargo que el mar está por aquí y la ciudad tiene una luz muy especial. Quizá sean las primeras tardes de primavera con unos atardeceres francamente bonitos. En resumen que no voy a poder estar en con vosotros en el lateral de El Tranvía.

Me he traído a “el viaje” a Allen, Gregory y Jack. Si, acabé “En el camino”. Desde la primera a la última. Y reafirmo la opinión de Dean. Tremendo y magnifico personaje. Desde que aparece hasta que se nos escapa y el narrador nos dice que nada vuelve a saber.

Hablemos de ellos.Los tres me han hablado de sentimientos.

Sentimiento de culpa es de Sal por dejar a su amigo Dean. Quizá por eso escribe y lo cuenta. Keroauc, quizá también el más estructurado de los tres, socialmente hablando, es sin embargo el primero en irse. Murió a los cuarenta y siete victima de una cirrosis que se causa por las cantidades de alcohol que tomaba, dicen que, entre otros motivos, para vencer la timidez que tenía y que le hacía muy difícil explicar unos textos, los suyos, reconocidos años después de su publicación. Como bien apuntó Sara quizá porque nunca fue, aunque siempre estuvo, no soportó la tensión que le suponía estar sin llegar nunca a ser. Marchó pero ahí dejó esa forma de contar que creo él mismo denominó “prosa espontánea”.

Veamos a Ginsberg. Nacido en New Jersey de padre poeta y profesor y madre rusa, comunista radical y nudista impenitente, enloqueció a edad muy temprana. Hospitalizada de por vida acabó lobotomizada. Homosexual Bueno, pues para empezar no está mal. Escribe poesía casi como se si escribiera prosa. Palabras y palabras, voces y más voces que parecen caer en cascada desde un punto y descender como un torrente llevándose por delante todo. Todo es todo. “Aullido” provocó lo que en la América de los cincuenta tenía que provocar, un tremendo aullido. Retraído, he leído por ahí que era de carácter. Culto. Quizá por eso escribió:


Quiero que la gente haga reverencias al verme y diga él tie-
ne el donde la poesía, él ha visto la presencia del Creador.

Y el Creador me dio una dosis de su presencia para satisfa-
cer mi deseo, como también para no defraudar mi anhelo de él.

(Trascripción de música de órgano)

Le dejo vomitando sin parar sentimientos de reproche, de violencia. Se defiende atacando a todo lo que le rodea. Le dejo viajando en “El automóvil verde” en compañía de sus amigos. Quizá una versión resumida del libro de su amigo Kerouac.
Corso. Su madre lo tuvo con dieciséis años y un año después lo abandonó. Al volverse a casar su padre, cuando él tenía 11 años dejó una vida de orfanato y casas de acogida para irse con él a vivir, pero sus fugas eran constantes. La cárcel, en su caso a edad más que temprana le sumerge en un mundo digamos duro. Dos veces estuvo en ella y curiosamente fue allí, en la cárcel, donde descubre la literatura. Descubre la poesía. Un desarraigado total, un outsider encuentra su camino en un penal americano. Convengamos que es un camino de acceso a la poesía como poco, curioso. Muerte, violencia, drogas, muertos, si y mucho pero descrito todo con una forma curiosamente “académica” yo la encuentro “lírica”. Bella en una palabra.

Veamos:

Tu eres un himno triunfal.... un apogeo una cima de aullido
un lírico sombrero del Señor del Trueno
(Bomba)


Todos sabemos a quien, si quien, se refiere. El poema es sencillamente atroz. No tengo claro que el Aullido de su amigo no tuviera algo que ver con la lectura de esta bomba. Nunca, si, nunca, había leído nada igual. Explosiones, explosiones directas a los sentidos a los sentimientos. Palabras que actúan como bombas. Y sino leamos:

Mis manos quedaron dormidas ante la belleza
al extenderse hacia la Muerte y apretarse!
¡ O soberano fue mi tacto
Sobre la frágil página de tinta rosada!

(Yo tuve en mis manos un manuscrito de Shelly)

Es, de nuevo, sencillamente hermoso. Le dejo rodeado de un profundo sentimiento de belleza incluso en el horror. Si la pregunta es si me gusta este expresidiario poeta la respuesta es de nuevo muy sencilla: si.


Contínuo.

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4 Comments:

Blogger palimpsestos said...

Para completar los aullidos recomiendo a Peter Pan y a otros monos que pululan por las ramas del tranvía, que se asomen, si es que tienen estómago, por la expo de Francis Bacon en la ampliación del Prado.
Yo estoy en trance: prometo una entrada en este blog a este sujeto, pronto.
Mis ramas siguen tronchadas, pero mis patas funcionan y no falto al lateral del tranvía. De momento observo.

11:48 a. m.  
Blogger Hispaniola said...

¡Oh, fotógrafo excelso!¡Oh,sultán del sentimiento!¡Qué grande eres,Peter!Será duro no tenerte con nosotros.



Postdata:NADA de lo anterior es de coña.

1:52 p. m.  
Blogger Efímera said...

Palimpsesto, recuerda a Joyce, estos irlandeses no se comprenden sin el cristianismo. No son casualidad los tripticos, las tres personas de la Santísima Trinidad, ni las temáticas religiosas, ni la visión de las emanaciones ectoplasmáticas, etcétera. El cielo de la textura cromática, inigualable, versus el infierno de la carne, de la neurosis,del horror, del horror,Kurt, del horror.
Bueno, qué expresiva me puesto.

5:00 p. m.  
Blogger Efímera said...

Quería decir:

qué expresiva me he puesto

5:01 p. m.  

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