miércoles, abril 11, 2007

Sin palabras

Ella no puede tocarse la nariz con la mano derecha. Artritis post-traumática. No se atreve a decirle al médico que no ha tenido ningún trauma. El forro de la chaqueta tiene un agujero. ¿Te ayudo? Gracias, puedo sola. Estaba tan bien.

Ella sabe que es imposible eludir los encuentros. En la puerta de radiología Nerea le escupe un sabes la noticia. ¿Cuál? Nerea, relata la desgracia del amigo común. Ella paladea el sabor acre, no ha podido escribir el informe operatorio, le faltan las palabras, pero no ha querido ingresar.

Ella busca en la memoria. Un enfermero grita el nombre. La segunda vez. Ella camina despacio hacia el chico del tatuaje. Usted sabe quién es el dios de las palabras. El tatuado, detrás de la mampara, tararea: por un beso de la flaca yo daría lo que fuera. No hable. No se mueva. Ya está. Huesos frágiles en un fondo negro.

Ella recuerda la primera vez que vio al amigo, intenta meter la marcha. Delgado, moreno, con la bata impecable. El calmante no ha hecho efecto, pero el dolor físico le parece un “buen correlato”. Tímido, casi místico Me dueles tanto. La bocina histérica del coche de atrás. Rubia, despierta.

Ella llega a casa. En la bolsa una codera y anti-inflamatorios. ¿Qué tal hoy? Tienes mala cara.Sin palabras, amor.

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2 Comments:

Blogger palimpsestos said...

¿Conozco a “ella”? Si es así, dime, por favor qué ha pasado.
¿Accidente? ¿Duele?
Tanto si la conozco como si no, espero que “ella” mejore.
Le deseo que no sufra, que pase rápido el dolor, que no sea nada grave…

12:17 a. m.  
Blogger Sabueso said...

Eso mismo, ¿ella está mejor en todos los sentidos? Aquí, también antiinflamatorios, huesos bien. Ya sabes, todo pasa; algunas lesiones tardan más y no se ven en las resonancias, aunque resuenen tan solas como los ecos con los que nos habíamos quedado en semana santa.

4:49 p. m.  

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