DIÁLOGO DE JESUITAS (Continuación)
Entra Simon Dedalus bailando una giga irlandesa y con otros signos evidentes de haber estado bebiendo.
Simon.- Dominus vobiscum, queridos. Hombre, si está aquí nuestro matasanos de cabecera. Malachi, creo que la proximidad del botarate de mi hijo no te conviene. Míralo ahí, vestido de mamarracho, cuando podría estar dando lo mejor de sí mismo como quarterback del equipo de rugby de la parroquia.
Stephen.- Pater noster qui es….en fin, quién sabe dónde. Pater, tengo una proposición que hacerte.
Simon.- No quiero oírla, será una majadería de las tuyas.
Stephen.- ¿Y eso cómo lo sabes?
Simon.- No has tenido una idea inteligente desde que decidiste irte de casa.
Stephen.- Pues Vd. bien que se oponía, no sé si lo recuerda.
Simon.- Lo recuerdo perfectamente; coincidió con aquellas dos semanas que estuve sin beber. En cuanto recuperé la cordura y me metí el primer par de pintas, le vi todas las ventajas al asunto.
Stephen.- ¿Me acompañarías tú, Mallachi?
Mulligan.- Verás, yo lo haría, pero el caso es que tengo unos exámenes para madame de burdel la próxima semana.
Stephen.- ¿Quo usque tandem abutere, Mulligan, patientia mea?
Simon.- Dominus vobiscum, queridos. Hombre, si está aquí nuestro matasanos de cabecera. Malachi, creo que la proximidad del botarate de mi hijo no te conviene. Míralo ahí, vestido de mamarracho, cuando podría estar dando lo mejor de sí mismo como quarterback del equipo de rugby de la parroquia.
Stephen.- Pater noster qui es….en fin, quién sabe dónde. Pater, tengo una proposición que hacerte.
Simon.- No quiero oírla, será una majadería de las tuyas.
Stephen.- ¿Y eso cómo lo sabes?
Simon.- No has tenido una idea inteligente desde que decidiste irte de casa.
Stephen.- Pues Vd. bien que se oponía, no sé si lo recuerda.
Simon.- Lo recuerdo perfectamente; coincidió con aquellas dos semanas que estuve sin beber. En cuanto recuperé la cordura y me metí el primer par de pintas, le vi todas las ventajas al asunto.
Stephen.- ¿Me acompañarías tú, Mallachi?
Mulligan.- Verás, yo lo haría, pero el caso es que tengo unos exámenes para madame de burdel la próxima semana.
Stephen.- ¿Quo usque tandem abutere, Mulligan, patientia mea?
Etiquetas: Desde Dublín
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