martes, febrero 08, 2011

A LA SOMBRA DE LAS MUCHACHAS EN FLOR

Descansa melancólico nuestro buen amigo después del mal trago del pésame en la casa de Paddy Dignam. No somos nadie. Y el día, que ha sido de no te menees. La vista de la bahía al atardecer le reconforta; belleza, paz, música religiosa y recuerdos de tiempos pasados.

Parece como si el tiempo se hubiese detenido y de hecho siguen siendo las cuatro y media, la hora fatal. ¿Fatalidad o magnetismo? Qué más da. Ya pasó y el tiempo vuelve a su curso. Tic, tac. Tic, tac.

¡Vaya con la niña cursi! La chiquilla le ha vuelto loco y es que todas las mujeres son iguales. Desde bien pequeñas lo único que buscan es eso. No importa que esta sea coja. Por lo demás es de primera. En cambio, las otras tan solo mala intención y ganas de fastidiar. Bien sabía ella lo que se hacía con tanto mirar y tantos fuegos artificiales. A ver qué hace ahora nuestro pobre caballero extranjero con la pólvora derramada.

En fin, hay que irse recogiendo. Perfumes abandonados, misteriosos mensajes en la arena. El cuco da las nueve.

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