viernes, noviembre 30, 2007

RESACA

Desoladas como flotando, queda el rojo de unas rosas, las caras inesperadas entre el gentío, las dedicatorias que no salían, los nervios de saber que, ya, había llegado ese momento.
Los ecos aún en los oídos y ganas, muchas ganas de juntarnos y escuchar las sensaciones de las demás.

¡Qué poco he dormido hoy!