miércoles, abril 26, 2006

Sobre “El sonido y la furia”

Finalizo no sin esfuerzo la lectura de esta obra de William Faulkner, la 3ª que trabajamos en el taller, pienso que debería volver a empezar a leerlas, otra vez, una por una.
Leyendo esta tercera, “El sonido y la furia” a veces tenía la sensación de que se trataba de 3 novelas distintas.
La voz de Benjy: todo sensaciones, estímulos, frases interrogantes sin signos de interrogación, las épocas de su vida confundidas, situamos la edad que tiene Benjy por quién lo está cuidando (gracias Sara por el truco). Tres décadas a través de sus tres cuidadores. Me parece literatura experimental (se puede decir así?). Benjy ama a los que le aman, a Caddy. El prado de Benjy, su prado que hubo que vender, del que fue despojado.
Aunque él no evoluciona, es siempre el mismo, solo cambian sus circunstancias físicas. Finalmente sabemos que fue castrado (por quién?) y que tuvo un percance en una mano. Su descripción física la obtenemos al final del último capítulo.

Luego la voz de Quentin: nos recuerda tanto a Ulyses… la epopeya de un día en la vida de hombre corriente, el peso de la culpa, ese recorrido seguido casi paso a paso, el hecho de que todo este 2º capítulo transcurra el mismo día, el 10 de junio de 1904, los puentes, el río, los personajes que se le van cruzando y por encima de todo, el diálogo interior con su padre, enfrentado a su padre, discute su visión de la vida. El monólogo interior y el flujo de la conciencia.
Obsesionado, torturado por el amor de su hermana y hacia su hermana, por la idea de la virginidad, por el honor perdido, por la decrepitud de su mundo, de su familia desmoronada, el sur en decadencia total. Quentin preocupado por el tiempo, el reloj, tic-tac, tic-tac… a lo largo de todo el capítulo. Y es que está viviendo el que será el último día de su vida.
Encuentra a la niña italiana, sin nombre, y el tiempo se detiene, deja de sonar el tic-tac del reloj. Me ha parecido que recupera la imagen de su hermana, su querida Caddy, es la imagen de la infancia. El se esmera en devolverla a su familia, con los suyos, por ponerla a salvo.

La tercera voz es la de Jason: envidioso, amargado y detestable hermano menor. Es su irrupción la que consigue que los demás a su alrededor queden realzados, ennoblecidos por el contraste. Las piezas por fin encajan en su lugar, ahora entendemos tantas cosas…
Delsey, la fiel criada negra, sirve para mantener unida lo que queda de familia. Sólida como una roca a pesar de la edad, se afana en proporcionar ternura en un mundo que se va desmoronando.
Añoro la voz de Caddy … sabemos de ella a través de todos los demás, a través de su propia hija. Pero a mí me parece que aunque no tiene voz, es ella el personaje central de “El Sonido y la Furia”.