viernes, febrero 10, 2006

“A SANGRE FRIA” CAPITULO III: RESPUESTA

Comprendido entre las páginas 153 y la 232, dividido en 24 bloques.
Transcurre en 2 líneas paralelas: Perry y Dick por un lado, que ya han regresado desde Méjico a los EEUU y por otro lado los investigadores junto con la policía, hasta que éstos logran alcanzar a los 1ros. Llegamos al punto central de la novela.
Este punto crucial de la novela es el pasaje en donde se obtiene al fin la confesión de los hechos por los asesinos, en el coche, ya esposados. Esa voz narradora omnisciente, ha ido revelando a lo largo de todo el relato cómo ha sido esa noche de los asesinatos, por lo que el lector ya ha ido conociendo a los asesinos, no así la policía.
Los investigadores van a lograr localizar a los culpables, atraparlos y que confiesen.

Entra en escena Floyd, persona que inspira el hecho a los asesinos. Gracias a él la policía llegará al principal hilo conductor, en el que la investigación se sustentará. Floyd cuenta cómo conoce a Herb Clutter 11 años antes, cuando trabaja para él por algún tiempo: “flash-back”, le cuenta a Dick la existencia de una caja fuerte, que es fruto de su imaginación, con la única finalidad de fanfarronear (flota la idea de la casualidad, de lo que escapa a la razón, lo aleatorio, lo imprevisible…). De momento Floyd se guarda de contarlo a la policía, por temor a los otros reclusos: surge la sensación de una “justicia” en paralelo, que obra dentro de las cárceles.

Por fin Alvin Dewey obtiene las fichas de los culpables.

Destacar el símil del gato: Marie, esposa del agente que investiga, cuenta a su marido que al ver las fotos de las fichas policiales de los sospechosos, su mirada le trae el recuerdo de un gato enjaulado que despertó en ella compasión y al acercarse a él, vio unos ojos “llenos de odio y rencor”. Más tarde, ya al final del capítulo, Perry, observando la calle desde la ventana de la celda, se identifica con los 2 gatos famélicos, vagabundos, sin dueño ni hogar “sucios y extraños… extrañas e inteligentes costumbres” (página 230).

Entrevistan a los padres de Dick, tratando de encontrar las armas del crimen.
Las pruebas apuntan finalmente hacia ellos, Dick y Perry.
Momento de suspense en que parece que van a volver a cometer otro crimen: el encuentro con el viajante Bell, que escapa milagrosamente a una muerte segura…

Recorrido de los sórdidos lugares por los que han ido pasando los asesinos.
SENSACIÓN DE RASTREO, SE VAN ACERCANDO A ELLOS

Los policías visitan a la hermana de Perry, que reniega de él. Pero que se queda trastornada y se entrega en solitario a la bebida mientras mira las fotografías de su niñez: “Compartían un destino común, contra el que la virtud no era una defensa”. ¿Se echa ella, fatalmente, también a perder?

Necesitan una confesión.
LA IMPRESIÓN DE ACECHO, LA ACTITUD DEL PERRO DE CAZA SE ACENTUA: “El quipo de de agentes se movía sin hacer ruido…” ya saben que están cerca, lo presienten: lo huelen (es la página 181).
Dick se hace de tantos cheques falsos, que finalmente se delata a sí mismo: codicia.
Sueño premonitorio de A.D.: obsesión.
El ritmo del relato aumenta su cadencia al alternar párrafos de los asesinos con los de sus perseguidores.
Encuentro con el niño y el viejo: La diversión de encontrar las botellas, la naturalidad del niño ante sus situación, la inversión de los papeles al ser el niño quien cuida del viejo… parecen unos personajes irreales
Por fin el arresto: Son atrapados con las pruebas en sus manos.
Dick es presentado como un violador de menores, al que Perry impide realizar el crimen. Capote se ha decidido claramente por defender a Perry, con quien se siente identificado…
Un último retazo de la vida de los Clutter: el relato de Bobby, relato de H.B. a Bobby sobre el recuerdo de una noche de navidad de su infancia. Imagen de Nancy a caballo.

Es el bloque nº 23, justo antes de finalizar el capítulo cuando, en coche, esposados, narran pormenorizadamente los hechos. De hecho, es el bloque de narración más largo del capítulo: el crucial.
Los asesinos cuentan cada uno su historia, su infancia, y por fin, tras la confesión narran lo que ya hemos ido sabiendo desde el principio, pero en secuencia y en primera persona: es la escena del coche, el tramo más extenso de todo el capítulo.
Imagen: Mientras van en el coche “Perry va contando los esqueletos de los coyotes que adornan las cercas de la fincas”.

El capítulo finaliza al caer el otoño. Los asesinos entre rejas, las puertas se cierran tras ellos y la gente se va a cenar a sus casas. Primera nevada. (Los muertos).