domingo, febrero 26, 2012

La Tía Julia y El Escribidor





"Al revés de lo que le pasa a Camacho, la vida de Vargas Llosa no está metódicamente centrada en su propósito y los frutos son magros o francamente insatisfactorios.Tenemos, ironicamente, a un escribidor que sí escribe, que no hace otra coa que escribir, y a un escritor que no puede escribir, que se distrae de su tarea, que dispersa su vida en actos ajenos a la literatura.Los cuentos que el narrador intenta en el curso de la novela son siempre variaciones sobre experiencias vividas o historias que alguien le ha contado; es decir, opera sobre su materia de manera muy semejante a Camacho, aunque los resultados son diferentes.El tema de los pishtacos(diablos)que trabaja en primer lugar(pp 59-60), es tan tremebundo como los delirios de Camacho, pero el se plantea un problema impensable para el escribidor: el de la forma:"Iba a titular mi cuento "El salto cualitativo"y quería que fuese frío, intelectual, condensado e irónico como un cuento de Borges, a quien acababa de descubrir por esos días".Y tmbién es distinta la intensidad del esfuerzo:"Dedicaba a l relato todos los resquicios de tiempo que me dejaban los boletines de Panamercana, la Universidad y los cafés del Bransa, y también escribía en casa de mis abuelos, a mediodía y en las noches...Escribía y rompía, o mejor dicho apenas había escrito una frase me parecía horrible y recomenzaba".Cuando quiere escribir un cuento sobre una humorística anécdota teatral, trata de ilustrarse-como no haría nunca Camacho, quien no lee ni sus propios librets-leyendo las obras de "todos los escritores risueños que se ponían a mi alcance, desde Marrk Twain, Bernard Shaw hasta Jardiel Poncela Fernández Flórez.Pero, como siempre, no me salía y Pascual el Gran Pablito iban contando las cuartillas qe yo mandaba al canasto"(p.120).La historia, que le ha sido contda por la tía Julia, da origen a cuento titulado La humillación de la cruz, cuya lectura provoca la crítica de ella: (...)"



Etiquetas: