miércoles, octubre 22, 2014

El volcán Bardarbunga (Islandia)

“Los científicos estiman que la fisura será de un kilómetro y medio de largo. No hay riesgo, hasta el momento, de que el volcán cree cenizas que impidan el tráfico aéreo”.

El volcán, de poco más de dos kilómetros de altura, queda situado debajo del glaciar Vatnajökull. He podido ver en casos como este y en imágenes propias de la información bien hecha, los ríos de lava en laderas agrietadas; el discurrir denso y encendido de su color rojizo. Al final, no fue explosión; sí, “soltar” su densidad ardiente de forma pausada para poder elevarla mediante los sentidos a la categoría de una emoción...

...y pensé en el glaciar que lo protege y en la posible convivencia entre ellos, igual que los opuestos en su unión y desunión por el imán que rige los designios del mundo. Romper hasta herirse para iluminar y soltar lastre, frente a la poética del silencio provocada por la nieve de luz tenue, helada para conservarlo. Allí el sonido duerme, incluso el de la lenta y acallada lava volcánica. Lo difícil es compartir. A esto lo llamamos vida, al deseo del otro de vivir en ti, de que tú quieras hacerlo en el otro, en lo otro. Inmerso/a en la posibilidad del cambio que justifique la existencia. El frío puede convivir con el calor, el uno con el otro, no hay blanco ni negro sino una veladura gris que los conecta.
Ya Goethe en “Las afinidades electivas” trató de explicar que todo está conectado e integrado.

Hoy es ayer.

¡Buena tarde!

Ulises1