viernes, julio 05, 2013

El perseguidor (1ª parte)


El perseguidor, relato integrante del volumen “Las armas secretas” (1959), y el más extenso de toda su producción cuentística, supone una ruptura con toda la obra anterior de Cortázar, con su forma de entender el relato y de acercarse a la realidad. Cortázar declarará: “Hasta ese momento me sentía satisfecho con invenciones de tipo fantástico… Pero cuando escribí El perseguidor… sentí que debía ocuparme de algo que estaba mucho más cerca de mí mismo. En ese cuento deje de sentirme seguro… En El perseguidor quise renunciar a toda invención y ponerme dentro de mi propio terreno personal…, mirar al hombre, mirar también a mi prójimo. Yo había mirado muy poco al género humano hasta que escribí El perseguidor.”


El protagonista, Jhonny Carter, está basado en el célebre saxofonista de jazz Charlie Parker “Bird”, a cuya memoria está dedicado el relato, y que fue uno de los máximos representantes junto con Thelonius Monk y Dizzy Gillespie, entre otros, del movimiento conocido como “bebop”, que tras la Segunda Guerra Mundial revolucionó el jazz, marcando el paso del jazz tradicional al moderno. Las andanzas y circunstancias de Jhonny reflejan bastante fielmente las de Parker, sin más que algunos cambios de nombre (Lan por Chan, Bee por Pree, la marquesa Tica por la baronesa Pannonica) y una piadosa sustitución de la heroína por el alcohol y la marihuana.


Cortázar, apasionado del jazz, utiliza está música, cuyas características y técnica creativa (importancia de los solos improvisados) la hacen especialmente adecuada para ello, con el fin de presentar la inspiración artística como puerta de acceso a otro nivel de realidad, como modo de trascender el tiempo y el espacio reales y elevarse a un estado superior.


Jhonny, músico genial pero incapaz de organizar mínimamente su vida, buscará, perseguirá (de ahí el título) toda su existencia con su saxo esa otra dimensión, que tan solo logrará atisbar en unas pocas ocasiones pero que siempre se le terminará escapando. Su permanente lucha con el tiempo convencional, plasmada en la magistral frase “Esto lo estoy tocando mañana”, no tendrá más objetivo que alcanzar ese otro nivel temporal, donde un minuto y medio son quince y todo es perfecto, cuyas puertas solo la música le ha entreabierto alguna vez, para al cabo quedar siempre frustrado. Pero su constante fracaso no impedirá que lo siga intentando, manoteando desesperadamente con su saxo contra el tiempo.

Etiquetas:

4 Comments:

Blogger Efímera said...

Querida Hispaniola:
Bartoli ha ganado. No era mi favorita hasta que dijo que ella se echaba la siesta. La siesta es la institución más respetable de España, ¿ a qué sí? Y lo bien que deja las neuronas, a quien las tenga.

En fin, releeré la historia Johnny Carter, tan "On the road" él.

7:54 p. m.  
Blogger Hispaniola said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

3:01 p. m.  
Blogger Hispaniola said...

Yo diría que es la única respetable.

3:01 p. m.  
Blogger Efímera said...

¡Ay amiga! Desde que vivo en el exilio me he echo muy española, sobretodo porque estoy rodeada de gentes que están argullosísimas de ser irlandesas o inglesas. Irlanda e Inglaterra están tan podridas como nuestra Queridísima, o más. Pero como hay una guerra financiera sus nacionales han decidido cerrar filas. Así pues, ¡Qué viva España!

A ver s publico la lista de lecturas de verano antes que otoñezca

5:05 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home