La Tía Julia y El Escribidor
"Se trata pues, de un catálogo de horrores, no de visiones edulcoradas o románticas de la vida cotidiana.La subliteratura del escribidor consiste en una serie de variantes perversas de su propia vida, en sí misma muy limitada y mediocre.Lo que le ocurre , le ocurre en el plano de la imaginación, y eso nos permite conocerlo mejor que a través de sus apariciones en el plano de los relatos autobioráficos de Vargas Llosa y la tía Julia: su biografía, literalmente, está en sus "obras", en una dimensión por completo imaginaria.No solo sus historia nos dejan ver que el mundo interior de Camacho es un infierno de obsesiones que buscan torpemente su expresión(impulsos anales, incestuosos, masturbatorios, violatorios, pornográficos, destructivos, etc, están siempre presentes en ellas), sino que su relación misma con sus personajes es de naturaleza morbosa y maniática.Por un lado, sus criaturas dependen de él como esclavos respecto de un amo; son títeres descoyuntados y deformados a los que somete a las peores disciplinas; con un rigor que recuerda un poco la severidad implacable de las jerarquías militares, cada uno cumple ardientemente su deber en nombre de principios indiscutidos.(Las fantasías de Camacho se parecen también a la escritura pornográfica, en la que los personajes son esclavos de rituales impuestos por el autor. Pero, en ambos casos, esa imposición incluye una venganza contra el creador todopoderoso: el ritual lo envuelve en su mecanismo y lo hace también un prisionero, condenado a reiterar para ellos las mismas escenas.) Por otro lado,.."
Etiquetas: Desde Vargas Llosa
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