lunes, enero 09, 2012

La Tía Julia y El Escribidor




A buss for Coco

"Lo más irrisorio del "escribidor" es justamente esa relación desproporcionada entre la aparatosidad(y, aun, la grandiosidad) de sus métodos y la cualidad trivial del objeto: su actitud es enteramente profesional, su fin un subproducto barato, denigrado por los mismos que lo consumen.Para él, sin embargo, su actividad tiene la condición y la justificación del arte:glosando a Barthes, podría decirse que Camacho es un "clérigo" que siente un sacerdote, un escribidor que se considera un escritor.Camacho siempre se refiere a los directivos de la radio como los mercaderes(p.115) y, cuando el narrador le pregunta si el cartel que ha puesto en su mísera oficina("¡El artista trabaja! ¡Respetadlo!) es en serio, él le contesta: "Muy en serio...Mi tiempo vale oro y no puedo perderlo en necedades"(pp.114-115); las necedades tienen que ver con los negocios de los "mercaderes" y "está visto que el arte y la bolsa son enemigos mortales, como los chanchos y las margaritas". A´través de Camacho, Vargas Llosa ha querido hacer, sin duda, la parodia de la producción literaria.Pero poniéndolo en comparación consigo mismo, en cuanto protagonista y redactor de cuentos generalmente frustrados, ha ido más allá; ha hecho la crítica de la producción literaria y ha dejado entrever que toda literatura (pero más la realista) es una gran traición a la realidad."

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