VIEJA ESCUELA. PROTAGONISTAS (Y II)
El decano.- Es el Sr. Makepeace, alto, imponente con su bastón y sus ojos azules, respetado y temido por los alumnos. Herido en la I Guerra Mundial, llegó al colegio en 1930 y ha ejercido como profesor de literatura y decano. Es soltero. Amigo del Sr. Ramsey, al que ayuda y cuida como un padre cuando éste es abandonado por su mujer.
Por una serie de circunstancias se extiende en el colegio la creencia de que es amigo de H., al que supuestamente conoció en la guerra, cuando lo cierto es que no le ha visto en su vida. El no corta de raíz esa creencia desde un principio, dando a entender con su silencio que es cierta y llega un momento en que es demasiado tarde para aclarar las cosas sin quedar como un farsante. Aunque él nunca ha formulado ninguna afirmación directa en tal sentido, el convencimiento en el colegio es general, de forma que cuando se anuncia por el director la visita de H. al colegio es inevitable la conclusión de que ello se debe a su influencia con el escritor. Atormentado por los remordimientos y por el inminente ridículo, y justo cuando acaba de recibir el encargo de expulsar al narrador y plagiario, dimite de su puesto tras confesárselo todo al director.
Se va a vivir con su hermana, con la que compartió una infancia desdichada, y tras un año sin encontrar trabajo, pide la readmisión en el colegio. El director accede y vuelve como profesor, ya no como decano, bajo la condición de que no trate de aclarar el embrollo de H. Al ser recibido de nuevo en el colegio se sentirá, pese a su edad, como el hijo pródigo de vuelta a casa. Muere en 1967, a los 69 años de edad, habiendo contraído matrimonio poco antes con una de las secretarias del colegio.
Por una serie de circunstancias se extiende en el colegio la creencia de que es amigo de H., al que supuestamente conoció en la guerra, cuando lo cierto es que no le ha visto en su vida. El no corta de raíz esa creencia desde un principio, dando a entender con su silencio que es cierta y llega un momento en que es demasiado tarde para aclarar las cosas sin quedar como un farsante. Aunque él nunca ha formulado ninguna afirmación directa en tal sentido, el convencimiento en el colegio es general, de forma que cuando se anuncia por el director la visita de H. al colegio es inevitable la conclusión de que ello se debe a su influencia con el escritor. Atormentado por los remordimientos y por el inminente ridículo, y justo cuando acaba de recibir el encargo de expulsar al narrador y plagiario, dimite de su puesto tras confesárselo todo al director.
Se va a vivir con su hermana, con la que compartió una infancia desdichada, y tras un año sin encontrar trabajo, pide la readmisión en el colegio. El director accede y vuelve como profesor, ya no como decano, bajo la condición de que no trate de aclarar el embrollo de H. Al ser recibido de nuevo en el colegio se sentirá, pese a su edad, como el hijo pródigo de vuelta a casa. Muere en 1967, a los 69 años de edad, habiendo contraído matrimonio poco antes con una de las secretarias del colegio.
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