miércoles, marzo 09, 2011

Eumaeus


Almendros y narcisos se asoman al ventanal,dicen que nevará para St.Patricks y Nabokov desliza sus palabras sobre Eumeo..."A lo largo del capítulo Bloom hace lo posible por ser amable con Stephen, aunque éste le mira con cierta desdeñosa indiferencia. Tanto en este capitulo en el siguiente, Joyce se esmera en perfilar e ilustrar las diferencias de carácter, educación, gustos, etc., entre y Stephen. Los elementos antagónicos superan con la principal semejanza: haber rechazado los dos la religión de sus padres[1] Sin embargo, los aforismos metafísicos de Stephen no carecen de cierta relación con los tópicos pseudocientíficos de Bloom. Los dos hombres tienen los ojos y oídos sagaces, a los dos les gusta la música, ambos se fijan en detalles tales como gestos, colores, sonidos. En los sucesos de este día particular, una llave desempeña un papel muy similar en la vida de los dos hombres... y si Bloom tiene a su Boylan, Stephen tiene a su Mulligan. Ambos abrigan fantasmas en sus pasados, ambos tienen visiones retrospectivas que expresan pérdida y traición. Stephen y Bloom padecen de soledad- sin embargo, Stephen está solo porque ha renunciado a las creencias de su familia, se ha rebelado contra el lugar común, etc., y no (corno Bloom) a causa de su condición social. Su soledad se debe a que el autor lo ha creado como un genio en ciernes, y el genio es, por necesidad, solitario. La historia es el enemigo de ambos: para Bloom la historia es injusticia, para Stephen, una prisión metafísica. Ambos son seres errabundos v exiliados; y por último, en ambos fluye la sangre melódica de James Joyce, su creador...".
Aunque resulte sorprendente me he dejado el paraguas y llego tarde a la cita con Tara. Añoro la voz de Wang Fo y la historia de aquella pobre mujer secuestrada por los indios en California.

E Hispaniola navega hacía Ítaca.

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1 Comments:

Blogger Hispaniola said...

Pero el camino hasta Ítaca es largo y proceloso. El vinoso Ponto oculta innúmeros peligros, abismos aullantes, monstruos voraces, fatales hechiceras. Y uno que no es Ulises, todo sea dicho. En fin, que no sé si para el próximo lunes habré llegado a Ítaca. La cosa por ahora no pinta bien; a ver qué se puede hacer, oh poderosa Efímera.

9:01 p. m.  

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