TRES REGALOS El Tercero
Tiré de la punta del globo con tanta fuerza que el garbanzo golpeó tu libro, oh, te partió el diente. Estuve detrás del muro pero tu madre te llevaba del hombro al salir de la enfermería. Di vueltas, la vía del tren, el templete viejo, no se me ocurrió otra cosa que dejar un carta llena de versos en tu buzón. No pudimos estar solos en un mes. Examen, correcciones. Ni una sola mirada hasta la noche de las hogueras. Vamos sólo a asomarnos, dijiste, dicen que Rosendo es muy feo pero que canta como Dios. Cuando sea más grande quiero ser heavy ¿y tú?. No sé, quizá poetisa o algo. Toma anda, ponte esto. Abriste la caja de bombones y las chapas y el cinturón de cuero brillaron ante las llamas. Se lo he cogido a mi hermano, así aparentaremos por lo menos quince ¿a que sí? La mella asomó por tu sonrisa. Te pregunté, te duele, ¡Qué va! Si el verano pasado mi primo me descalabró la frente ¿No ves la cicatriz? El mundo pesó tanto en ese instante. Tos ojos verdosos, las pecas, por cuanto tiempo podría recordar todos los detalles. Juan, dije, es tu santo, podríamos ir de paseo o algo. Tengo fichas para los coches de choque. Además tú no eres tan feo ¿sabes? La noche abierta se deslizó a tu espalda. Todas las estrellas desaparecieron. Tu cara delante, no parabas de saltar. Anda, te sabes alguna canción del roquero, no ¿verdad? Tendré que enseñarte, dijiste, es que te vas a quedar tonta de tanto Bécquer y de tanto Neruda. Tiraste de mi hasta llegar a la primera fila. Un tumulto de calor dorado nos envolvió. Cuando sea más grande me compraré una moto y recorreré el mundo, dijiste. Entonces me solté de tu mano aunque seguí sonriendo. La gente silbaba, giros, giros. Voces, risas, los fuegos artificiales estallando. Pero cuando vuelva vendré a verte, gritaste. A lo mejor ya no estoy. Te pusiste a mi lado sacudiendo mis hombros. Ya lo sé, pero igual vengo y puede que hasta tenga ya el diente reconstruido. Te lo prometo. No cruzaste los dedos así que respiré y me puse a saltar en el torbellino. Cuando nos volvamos a ver ¿nos reconoceremos? El estruendo de los cohetes lo iluminó todo ¡Sí! te contesté, ya lo verás. Por ejemplo llevaré esta chapa siempre puesta. Te toqué la cara, el alivio de tu sonrisa ¿Me la regalas?
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