domingo, julio 28, 2013

Tamarindo

Antes de tumbarme bajo el tamarindo, recuerdo la palabra infabilidad, cualidad del infalible. Los maquinistas, capitanes de barcos, comandantes de aeronaves y nosotros sin ir máas lejos mo  somos infalibles. Jaquecas, infartos, hipoglucemias y otros males nos pueden aquejar de forma súbita. Acaso una mosca o el viento nos desconcentre. Antes de tumbarme bajo el tamarindo, defender a los que fallamos, pero no a las multinacionales que por avidez no ponen al día los sistemas de seguridad. Shame on them.
Sólo Dios es infalible, pero ya sabemos que no trabaja todos los días.

Las campanas doblan por todos. Amen.