sábado, marzo 24, 2012

ZOCODOVER, de Joaquín Pérez-Mínguez


El escritor Joaquín Pérez-Mínguez entrevistado por Manuel Longares en la librería Tres Rosas Amarillas el pasado viernes. Fui representada por dos personas que adoro, cuya bonhomía -Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento-, no son marcianos, hizo posible mi deseo. 


Y Joaquín se emocionó con mi nonada, porque él es un niño generoso, un niño escritor, que en Zocodover nos relata con un estilo impecable, aliento largo y prosa aterciopelada, pergeñado en años de trabajo,  las peripecias de un hombre sencillo enfrentado sin desearlo al Tribunal de la Santa Inquisición. El contraste entre la voz elegante del narrador y la descripción precisa de los procesos inquisitoriales, implacables, incluso con el protagonista, un pobre analfabeto, nos hace meditar sobre la indefensión de los ciudadanos, nosotros, analfabetos enfrentados a una jerga financiera y legal que nos arrastra a los lodazales del miedo, donde las almas son devoradas por índices y estadísticas, los nuevos dogmas de fe. ¿ Dónde están nuestros sueños y nuestros dioses?  Acaso los hallamos cambiado por treinta monedas.

Mientras los encontramos  merece la pena leer la novela Zocodover, de Joaquín Pérez-Míguez.