EL GRAN PUZZLE
Dublín, laberíntico puzzle de vidas entrecruzadas, de destinos sincronizados. El tuerto diabólico juega el gran juego moviendo sobre el tablero en caótico concierto las indefensas figuritas, ignorantes las unas de los movimientos de las otras.
Sobre el telón de fondo del cortejo del virrey desfilan, absurdamente afanosos, los personajes de la representación. Ahí van los omnipresentes ensotanados, esta vez casi inofensivos, el mendigo que dejó su patriótica pierna en el H.M.S. de rimbombante nombre, las hambrientas hermanas del bardo, a quien este (¡oh, esclavitud del arte!) y el borrachín de su padre (¡oh, esclavitud del whisky) tienen abandonadas, el castigador, haciendo gala de sus depuradas habilidades, la honra y prez de la política local, sumida en hondas cavilaciones, el apenado y piadoso huérfano.
Sin olvidarnos por supuesto de nuestros actores principales: la voluptuosa ninfa, en ilícita espera, el judío enmascarado, atormentado por Cronos, y el irresoluto bardo, siempre agobiado por sus demonios familiares. El cortejo avanza.
Sobre el telón de fondo del cortejo del virrey desfilan, absurdamente afanosos, los personajes de la representación. Ahí van los omnipresentes ensotanados, esta vez casi inofensivos, el mendigo que dejó su patriótica pierna en el H.M.S. de rimbombante nombre, las hambrientas hermanas del bardo, a quien este (¡oh, esclavitud del arte!) y el borrachín de su padre (¡oh, esclavitud del whisky) tienen abandonadas, el castigador, haciendo gala de sus depuradas habilidades, la honra y prez de la política local, sumida en hondas cavilaciones, el apenado y piadoso huérfano.
Sin olvidarnos por supuesto de nuestros actores principales: la voluptuosa ninfa, en ilícita espera, el judío enmascarado, atormentado por Cronos, y el irresoluto bardo, siempre agobiado por sus demonios familiares. El cortejo avanza.
Etiquetas: Desde Dublín
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