domingo, mayo 17, 2009

Érase un vez

Hacía tiempo que me había quedado dormido, por lo visto, y no sé si es mi idea o son mis ojos que me juegan una broma, pero ahora que despierto de un amodorramiento otoñal y veo sus pequeños pies correteando por entre mi existencia caigo en la cuenta que no sólo ella tiene 17 meses, también Desoladas los posee. Me acuerdo cuando se estaba gestando, su madre tenía in mutis un nombre, crecía sana y robusta; como es propio de estos tiempos había un poco de temor en la atmósfera; asaltaban la mente ideas “¿Cómo será? ¿Tendrá éxito en la vida? Se presentó alguna amenaza de aborto, pero mamá es fuerte y valiente y tiene palabra, arrostra, y en un último esfuerzo, inducida por el arte de amar la vida no sólo produjo una de cinco embriones mágicos, allí estábamos todos, dio también a luz amistades sinceras y augustas además de un universo alegre, poblado y agradable.
He visto en aquellas fotos cómo vosotras rejuvenecen con el paso del tiempo y cómo en cambio me voy volviendo viejo y ocupado. De no ser por la palabra qué sería. Menos mal que alguien recordó alguna vez que “el poeta no vive para escribir, escribe para vivir” y además de creerlo lo acepto y otra vez al verlas a todas ustedes, juntas, lloré por dentro, aunque alguna faltó, saberla presente y constante me alegró y animó en gran manera, sólo que me asustan un poco con tanta erudición. “Recapacitaré, pues dudo que el sendero de la teoría sea buena para vuestra salud mental, observo que os craqueaís como Pedro Páramo”. Y me río alegremente. Gracias chicas. Sois grandes.

2 Comments:

Blogger peter pan said...

Muy buenas. Y muchas gracias. Como bien sabe Vd. siempre es "bien leído".

1:51 p. m.  
Blogger palimpsestos said...

Hola Kuntur,
Gracias por recordarnos aquellos dias, para tí aun más especiales está claro!
Qué lejano me parece todo.
Otra vida.

4:17 p. m.  

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