Como decíamos el año pasado
“…Cada uno tiene las características que la obra asigna a los reyes (una nobleza real), aunque Lear es claramente deficiente a este respecto, y cada uno se presenta en contra de los personajes que representan caracteríticas tan opuestas como la falta de nobleza. En la primera trama, Lear sirve como un rey hasta su muerte, mientras que Edgar, cuyas acciones han asegurado la restauración del rey adecuado, ocupa su lugar cuando la segunda trama se une con la primera. De este modo, la función de esta estructura de doble trama se hace evidente: como la obra trata sobre la sucesión de un rey por otro, el rey que tiene defectos debe morir, mientras que otro personaje que no tiene defectos o a lo largo del desarrollo de la obra supera los defectos que comparte con el rey- ambos engañados por los personajes traidores- se convierte en nuevo rey. Las oposiciones binarias que elaboran el sistema de significado de la obra actúan para diferenciar al rey adecuado del rey indebido mediante la distribución de los atributos que serán los signos de realeza.
Empezaremos describiendo las estructuras de las dos tramas. La trama de Lear comienza identificando a Lear con el poder, en concreto con el poder de establecer diferencias entre sus hijas en el momento de dividir su reinado entre ellas. El diálogo inicial, sin embargo, se caracteriza por la incapacidad de diferenciar. Gloucester y Kent no pueden adivinar de qué manera el rey diferenciará entre los dos posibles sucesores, Cornwall y Albany. De forma similar, Gloucester dice que sus sentimientos le impiden establecer diferencias entre Edmund, su hijo ilegítimo, y Edgar, su hijo legítimo. Como padres, Gloucester y Lear tienen una función equivalente, y el rechazo de Gloucester a respetar la supremacía del orden de la ley sobre el sentimiento se transmite por medio de esta equivalencia con Lear. De hecho, en la escena de las dotes que sigue, Lear permite que el sentimiento trastorne el orden de las costumbres que regulaban los matrimonios al rehusar darle su dote a Cordelia. Sin embargo, la equivalencia estructural entre Gloucester y Lear también establece una relación de oposición entre ambos a través del contraste entre el afecto de Gloucester por sus dos hijos sin tener en cuenta su situación legal y la "unnatural" falta de afecto filial de Lear al tratar de forma distinta a Cordelia...".
Empezaremos describiendo las estructuras de las dos tramas. La trama de Lear comienza identificando a Lear con el poder, en concreto con el poder de establecer diferencias entre sus hijas en el momento de dividir su reinado entre ellas. El diálogo inicial, sin embargo, se caracteriza por la incapacidad de diferenciar. Gloucester y Kent no pueden adivinar de qué manera el rey diferenciará entre los dos posibles sucesores, Cornwall y Albany. De forma similar, Gloucester dice que sus sentimientos le impiden establecer diferencias entre Edmund, su hijo ilegítimo, y Edgar, su hijo legítimo. Como padres, Gloucester y Lear tienen una función equivalente, y el rechazo de Gloucester a respetar la supremacía del orden de la ley sobre el sentimiento se transmite por medio de esta equivalencia con Lear. De hecho, en la escena de las dotes que sigue, Lear permite que el sentimiento trastorne el orden de las costumbres que regulaban los matrimonios al rehusar darle su dote a Cordelia. Sin embargo, la equivalencia estructural entre Gloucester y Lear también establece una relación de oposición entre ambos a través del contraste entre el afecto de Gloucester por sus dos hijos sin tener en cuenta su situación legal y la "unnatural" falta de afecto filial de Lear al tratar de forma distinta a Cordelia...".
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