Mi Ántonia (Willa Cather-1918)
PERSONAJES.- Mi Ántonia no es, pese a que el
título parezca sugerir lo contrario, una novela de personajes. Es, ante todo,
una novela coral, en la que el conjunto prima sobre los elementos, el medio
sobre el individuo. El conjunto es el de los pioneros americanos y más
concretamente el de las mujeres pioneras,
lo que revela uno de los rasgos más singulares de la obra: es una novela
de mujeres narrada desde el punto de vista de un hombre.
El medio oeste americano de finales del XIX es el ambiente en
el que se desarrolla la novela. Un medio rural duro, hostil, al tiempo que de
una gran belleza, marcará la vida de los pioneros y de sus mujeres.
Ántonia Shimerda.- La novela nos presenta a Ántonia a lo largo de más
de veinte años, desde su llegada a Nebraska, procedente de Bohemia, con catorce años, hasta su vida de madurez,
rodeada de hijos, que se nos narra en la última parte de la novela, de una
enorme ternura y belleza.
Ántonia es una mujer inteligente, fuerte, resuelta, ingenua,
que se hace querer por todos. Privada muy pronto del apoyo de su padre, al que
adora y que se suicida incapaz de soportar las penalidades de su nueva vida y
la pérdida de su mundo anterior, se verá obligada a tomar las riendas de su
vida muy joven. Contra la costumbre, trabajará en el campo como un hombre y se
abrirá paso frente a todas las dificultades, enfrentándose incluso a las
convenciones sociales cuando se traslade a la ciudad y deba, más tarde, hacer
frente a la maternidad sin estar casada. Volverá al campo con su familia, para
más adelante casarse con un campesino y fundar la suya propia. Llevará una vida
difícil pero feliz, identificada con la tierra y la naturaleza, y conservará
para siempre en su corazón el recuerdo de su padre y la amistad de Jim Burden.
Lena Lingard.- Emigrante como Ántonia, pero de
ascendencia sueca, orientará su vida hacia el medio urbano. Mujer resuelta y
decidida, mantiene una relación
sentimental con Jim Burden, que no cuajará. Divertida, despreocupada y muy
independiente, saldrá adelante dedicándose al mundo de la moda.
Tiny Soderball.- De la misma procedencia de Lena
Lingard, decidida y ambiciosa, triunfará aprovechando sagazmente cuantas
oportunidades le brinda el Nuevo Mundo hasta enriquecerse.
Jim Burden .- Es el narrador de la acción. Con
una vida más fácil que las pioneras que protagonizan la novela, protegido por
sus abuelos, se convertirá en abogado de éxito. Pese a ello, siempre conservará
la memoria de su vida en Nebraska y de su relación con Ántonia, a la que será
de gran ayuda en sus comienzos en Estados Unidos. Enamorado de la naturalidad,
la vitalidad y el entusiasmo de Ántonia, se casará en cambio con una mujer a la
que se nos describe como sofisticada y fría.
A su narración debemos las magistrales descripciones del
medio natural en el que se desenvuelve la acción y de la comunión que puede
darse entre los seres humanos y la naturaleza:
-“No ocurrió nada. No esperaba que ocurriera nada. Yo era
algo que yacía bajo el sol y lo sentía, igual que las calabazas, y no quería
ser nada más. Era totalmente feliz. Tal vez nos sentimos así cuando morimos y
nos convertimos en parte de un todo, sea el sol o el aire, la bondad o la
sabiduría. En cualquier caso, eso es la felicidad: diluirse dentro de algo
completo y grandioso. Cuando le sucede a uno, es un proceso tan natural como el
sueño” (pág.34).
-“Mientras caminábamos hacia la casa atravesando los campos,
descendió el sol en el Oeste y se posó como un enorme globo dorado sobre el
horizonte. Estando allí, salió la luna por el Este, grande como una rueda de
carro, con su pálido fulgor argentino, veteado de rosa, sutil como una burbuja
o una luna espectral. Durante cinco o tal vez diez minutos, laS dos lumbreras
estuvieron frente a frente con la llanura de por medio, suspendida sobre
extremos opuestos del mundo” (pág.339).
Conclusión.- Sin perjuicio de este somero
esbozo de los personajes, como ya he señalado, es el todo lo que la autora
sitúa en el centro del escenario de esta obra: la penosa vida de los pioneros,
de los ya establecidos y, sobre todo, de los emigrantes europeos recién
llegados; el frío, el hambre, la soledad, la indefensión ante los elementos sin
más posible ayuda que la solidaridad de algún vecino, frente a la indiferencia
o la prevención de los demás. Todo ello muy alejado del aura romántica que la
cinematografía nos ha brindado, y muy revelador de algunas de las claves de la
particular idiosincrasia estadounidense, que poco o nada espera de las
autoridades y todo lo fía al esfuerzo y la ambición personal.
La narración está claramente escorada hacia el lado femenino,
hacia su aportación a la conquista del país y la búsqueda de su propia vida e independencia.
La grandiosidad del medio natural es el marco perfecto para
la acción de la novela. Un paisaje y un
clima inclementes, de una dureza extrema, pero que al tiempo conquista el
corazón de hombres y mujeres hasta conducir a muchos de ellos a una perfecta
identificación con la tierra y el medio que les rodea, como ocurrirá con
Ántonia.
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