BLOOM DESCIENDE A LOS INFIERNOS
Mísero cortejo fúnebre el del pobre Dignam,
al que la afición a empinar el codo se ha llevado al otro mundo. Como parte de
él, Bloom recorre muy digno medio Dublín hasta el cementerio, tratando de no
desentonar de sus compañeros de duelo.
Dedalus, con el que se cruzan, da pie a las
invectivas paternas contra el gordo Mulligan y su a todas luces nefasta
influencia, y motiva que Bloom recuerde a su malogrado hijito Rudy y las
conyugales efusiones que lo trajeron al mundo.
Pasa Boylan y se intranquiliza, ven a un
judío tacaño - vaya novedad - y se arma un lío, sus colegas de cortejo
vituperan a los suicidas y se abruma por su padre; pero nada de ello le impide
conservar el humor, imaginar absurdos inventos y encontrarse hecho un pimpollo.
Al llegar al cementerio se pone truculento y
todo son huesos, vísceras, podredumbre, ratas, gusanos y “sic transit gloria
mundi”. Sin embargo, el malentendido con el hombre del macintosh y su siempre
presente deseo de agradar le traen de regreso al mundo de los vivos.
Etiquetas: Salir por peteneras
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