domingo, marzo 30, 2014

Alice Munro (Mi vida querida- 2012)


Grava.- “Grava” es uno de los diez relatos que, junto con cuatro episodios autobiográficos (reunidos bajo el revelador epígrafe de “Finale”), integran el último libro publicado por la canadiense Alice Munro, premio Nobel de Literatura en 2013, y con el que, en confesión de la propia Munro, pone fin a su dilatada obra. Se trata de un relato en primera persona, en el que la protagonista, ya adulta, nos revela una época determinada y crucial de su niñez. Asistiremos al abandono de su padre por su madre, a su renovada vida en compañía de la nueva pareja de su madre, Neal, a su relación con su hermana mayor, Caro, al trágico fin de ésta y a las consecuencias que tuvo para todos los personajes. Tanto la madre, como su nueva pareja, Neal, están influenciados por una cierta manera no convencional de ver la vida, propia de finales de los 60 y de los 70. En este sentido Neal aparece como un hombre pacifista, indolente, cuya filosofía vital parece ser la de dejar que la vida fluya, aceptarla, no preocuparse por nada y ser feliz. La madre se muestra en la misma órbita: ruptura con la vida burguesa y convencional, gusto por la vida bohemia, la ropa desenfadada, la vida en libertad y la farándula. Tras estos estereotipos podemos apreciar a dos personas inmaduras, incapaces de asumir sus responsabilidades, con la cabeza llena de ideas de paz, libertad y amor, pero sin saber en realidad qué es lo que quieren. La hermana mayor, Caro, resultará muy afectada por la ruptura de los padres. Echa de menos la antigua casa, su antigua vida. Los cambios producidos por la separación de sus padres la trastornarán mucho más de lo que aparenta. Como reacción tratará de llamar la atención, convertirse en el centro, obligar a los que la rodean a actuar como ella decida y ello desencadenará la imprudencia que acabará con su vida. Por último, la protagonista y narradora, espectadora resignada y sujeto pasivo de las decisiones de su hermana mayor, de sus constantes juegos (“Tantos juegos, con Caro”). La culpa por su indecisión el día de la tragedia la perseguirá siempre, pese a los intentos de todos por exculparla y por que se exculpe a sí misma. Este relato, se nos revela, como es habitual en la producción de Alice Munro, como una obra perfecta, dotada de la precisión de un mecanismo de relojería. Con un estilo pausado, apacible, la autora va desgranando las claves, a veces terribles, siempre misteriosas del comportamiento humano. Y para ello cuenta con la complicidad del lector, pues en Munro a menudo lo más importante y revelador no es lo que se expresa abiertamente, sino lo que se silencia, lo que se vela y se protege, técnica esta en la que la canadiense resulta ser una consumada maestra.

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1 Comments:

Blogger Efímera said...

Hispaniola, me alegra que hayas domado los controles.
Parece que el decálogo de Julio Ramón Ribeyro yace en el ángulo oscuro del salón. Allí dónde el arpa de mi añorada Irlanda.
Espero que te guste la foto.
Feliz domingo.

7:54 p. m.  

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