viernes, septiembre 19, 2014

Bienvenido Ulises 1 y agradecidos a Hispaniola.

Ulises 1, bienvenido, a esta tu casa de monos. O de pinta monas. Ahora, le van a caer los primates a Todorov. "Estoy fatal". Ahora me caen los macacos a mí. Bueno, así no falto al respeto...Correlato objetivo, que hemos averiguado es multi-direccional.

Como te marchaste pronto de nuestro Taller, no sé si conoces una de las frases famosas de Todorov: "cuando nombro soy nombrado". Así pues, el narrador de tu carta al afirmar que su amigo no pudo entenderlo, ubica al lector en la duda: pero qué le pasó a X. X es el amigo, solo quisiera darle el toque Kafka a estas líneas. Ay, continuo: el amigo podría sufrir falta de atención, deficit cognitivo, o, acaso, el amigo no pudo entenderlo, porque no había mono que lo entendiera. Cabría otra posibilidad, muy triste. No la menciono, por misericordia.

El narrador imagina que mira al amigo y le motiva el por qué acepta la falta, la del amigo. Nos dicen por aquí, que ese narrador juzga, acepta, pero no perdona. En fin, sigamos. Afirma que guarda silencio, pero no lo hace. Y además, añade una frase que hubiera sido el deleite de Nabokov:
Tienes aún fuerza en tus sueños que, no lo son tanto. Once palabras que pueden hacer creer al amigo, a X, que el narrador le tiene un poquito de envidia. El amigo es más joven y sueña, pero el narrador que acepta, pero no perdona, tiene pulsión de muerte y desea contagiarla. Envidia que cae en la frase siguiente: deseo verte sonreír de nuevo, lejos del sufrimiento; aunque mezcles el llanto y la risa. Aquí, yo, sin ninguna razón aparente, tarareo la canción de Violeta Parra. Como la X, mejor evitar territorios esquilmados.

Termina el narrador con el envio de un recuerdo "sin envoltorios".

En fin, querido Ulises 1, me parece buena idea que incluyas esta carta en tu novela, siempre y cuando tu personaje guarde en su corazón un rencorcito, de tal magnitud, que le impide perdonar; que le impide ser generoso, inclusive con las personas que quiere. Ahora, está en tus manos redimirlo. El escritor es un diosito que, a veces, envía ángeles a sus personajes. Puede ser un secundario, un antagonista, quién sabe.

Corrige, corrige, corrige, si tu personaje tiene otra naturaleza

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