miércoles, noviembre 20, 2013

Le Poéme De L´Angle Droit


Aparece el libro en una caja de antaño y no contesto al albañil que horada mi casa con la meticulosidad de un asesino en serie. Blanco, azul y rojo y los dibujos parecen de Mingote. El albañil traga polvillo y espera que yo reaccione y yo le explico que, antes de vivir en Dublín, Le Corbusier me caía simpático, pero ahora me parece algo despreciable por haber llenado de murales las casa de Eileen Gray, el E1027, en Cap Martin. El albañil se humedece los labios y me dice que él no es despreciable y que él  sólo hace su trabajo y además los muros son de papel de fumar, señora. Y yo enmudezco de nuevo y pienso: las historias siempre tienen muchas lecturas. Y me excuso tres veces tres y hablo de Freud. Y el albañil dice que se va a comer y usted aproveche y descanse,  pues con tanto libro no me extraña que no pueda respirar.